Irán vota este viernes bajo un clima de protesta y boicot opositor

Los datos publicados por el Ministerio del Interior reflejan que cerca de 15.200 candidatos pugnarán en estos comicios por los 290 escaños del Parlamento, también conocido como Asamblea Consultiva Islámica o 'Majlis'. La cifra de aspirantes supone un récord desde el triunfo de la Revolución Islámica de 1979. Las mujeres también cobrarán una importancia relativa. No en vano, 1.700 de ellas -el doble que en las elecciones de 2020- figuran como aspirantes a la Cámara legislativa, cuyas competencias son limitadas ya que sus políticas dependen de la ratificación del Consejo de Guardianes. Este organismo es uno de los más poderosos de Irán y lo conforman seis líderes islámicos nombrados por el Líder Supremo y seis juristas promovidos por el poder judicial.

Asimismo, alrededor de 150 candidatos se disputarán los 88 puestos para la Asamblea de Expertos, que supervisa las actividades del ayatolá Alí Jamenei. Para concurrir a estos comicios, todos han tenido que pasar previamente por el filtro del Consejo de Guardianes. La composición resultante puede ser clave ya que este grupo, cuya legislatura es de ocho años, quizás deba designar al próximo líder de la república islámica. No en vano, Jamenei tiene ya 84 años.

Entre las candidaturas para la Asamblea de Expertos, destaca la del presidente del país, el ultraconservador Ebrahim Raisi, quien ocupa un puesto en este organismo desde 2016. Por contra, el Consejo de Guardianes ha descalificado a un gran número de políticos reformistas, entre ellos el expresidente Hasán Rohani y al también expresidente Mohamad Jatamí. Este último ha denunciado que Irán «está muy lejos de tener elecciones libres y competitivas» ya que la preselección de figuras afines al régimen anula totalmente el proceso.

Ante estas limitaciones, la Premio Nobel de la Paz Narges Mohamadi publicó recientemente desde prisión una carta en la que dijo que «la República Islámica merece sanciones nacionales y una condena global» y sostuvo que el boicot «no es sólo una necesidad política, sino un deber moral». Aseguró que «Irán está gobernado por un régimen totalitario e ideológico que está en guerra con su pueblo en todo momento y lugar».

Mohamadi se ha sumado a cerca de 300 figuras políticas, sociales y culturales que han denunciado las elecciones y han pedido a la población que no acuda a votar, con el argumento de que la cita con las urnas es una «farsa» destinada a perpetuar el sistema político en el país.

La oposición y diversas ONG argumentan que las elecciones están marcadas por el ambiente restrictivo y el proceso de filtrado del Consejo de Guardianes, que favorece a candidatos conservadores. A ello se añade que la lista final fue publicada hace menos de dos semanas, lo que sumado a la breve campaña electoral -de siete días- ha hecho aumentar las denuncias de un supuesto amaño.

Las elecciones llegan además en un momento de grandes tensiones en Oriente Medio a causa de la guerra en Gaza y los conflictos menores que se han extendido por la región. Pese a que Teherán no está implicado directamente en ningún conflicto abierto, afronta sanciones debido a que sus aliados se enfrentan a Estados Unidos, ya sean los rebeldes hutíes con sus asaltos a buques mercantes en el mar Rojo o las milicias proiraníes en Siria e Irak que lanzan ataques a bases norteamericanas.