El presidente Piñera habla de «guerra» en Chile

La intendenta de Santiago, Karla Rubilar, admitió que son 11 los muertos por los incidentes en la región metropolitana. En otras regiones hubo dos fallecidos. Los heridos eran este lunes 239, ocho en estado crítico, y más de 2.100 los detenidos. Debido a los daños, saqueos y al cierre de múltiples supermercados, la Cámara de Comercio pidió comprar lo imprescindible para que el sistema no colapse. La Central Única de Trabajadores anunció que llamará a una huelga general para mañana si no se controlan los desmanes. La Bolsa de Santiago cerró anticipadamente la jornada tras una brusca caída en las acciones.

Tras un comienzo de semana que pareció tranquilo -sin clases y con pocos medios de transporte habilitados en Santiago-, este lunes volvieron las manifestaciones con barricadas a Santiago, Concepción, Valparaíso, Valdivia, Antofagasta, Iquique y Temuco, y en todas hubo enfrentamientos con los agentes de seguridad, que rociaron gases lacrimógenos a la multitud. En Concepción, donde se prendió fuego al tribunal de apelaciones, el toque de queda se adelantó de las 20.00 a las 18.00 horas. Hubo además nuevos saqueos e incendios en diversos locales.

«Los vándalos son criminales», acusó Piñera, aludiendo a los graves destrozos en edificios públicos y privados, estaciones de metro, bancos, comercios, además de los saqueos e incendios en supermercados en todas las regiones del país. «No podemos perder ésta batalla», desafió el mandatario y advirtió de que su gobierno no permitirá que «los delincuentes se sientan dueños del país». La alocución causó rechazo entre la oposición, las iglesias y organismos de derechos humanos.

El jefe de Defensa Nacional, general Javier Iturriaga -designado el viernes por Piñera para restablecer el orden- también tomó distancia de las declaraciones presidenciales. «Yo soy un hombre feliz. La verdad es que no estoy en guerra con nadie», manifestó. El militar trató de llevar calma a la población. «Les pido a todos difundir tranquilidad a la población, que vaya a sus trabajos y realice sus actos normales». Después, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, explicó que Piñera quiso mostrar «autoridad» frente al vandalismo aunque reafirmó que «la guerra» la están haciendo quienes realizan saqueos e incendios.

En este contexto, la expresidenta Michelle Bachelet, hoy Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, llamó al «diálogo» inmediato con «todos los sectores» para «calmar la situación». La exmandataria socialista consideró que «el uso de la retórica inflamatoria sólo servirá para agravar la situación» y generará miedo en la población. Bachelet advirtió además de que el estado de emergencia debe ser excepcional y alertó sobre denuncias «inquietantes» de uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía y del Ejército que está patrullando las calles.

El Instituto Nacional de Derechos Humanos presentó este lunes ocho querellas y tres amparos contras fuerzas de seguridad y militares por vejaciones, malos tratos, desnudamientos y otras violaciones a detenidos. El organismo denunció, por ejemplo, el caso de un niño herido de bala en el hígado, el riñón y las piernas.