Las elecciones de Ecuador arrancan en las cárceles, epicentro de la ola de violencia

Aunque la ley del país andino «prioriza» a la población reclusa en el orden de votación en los comicios, las papeletas de los presos han tomado esta vez particular relevancia. Justo en las cárceles es donde las autoridades presumen que se encuentra la cabeza de la delincuencia. Asesinatos, secuestros, extorsiones, coches bomba... Con más de 32.000 encarcelados, Ecuador ha visto cómo las rejas no logran contener la ola de violencia ni en sus pasillos, ni fuera, en las calles. Mientras, este jueves, los partidos con sus ocho aspirantes al poder cerraban la campaña. El homicidio del candidato presidencial Fernando Villavicencio -que habría recibido amenazas de muerte desde un centro penitenciario- ensombreció la recta final e incluso ha podido propiciar un vuelco político.

La incertidumbre y el temor por la elevada inseguridad imperan en el ambiente electoral, más especialmente desde el magnicidio y el asesinato después de otro dirigente político, Pedro Briones, afín al correísmo. El domingo, el país estará monitoreado minuto a minuto por la Policía y el ejército ecuatorianos y los alrededores de los colegios estarán blindados con decenas de miles de efectivos. Más de 13,4 millones de votantes están citados, de los que 4.756 -los reos sin condena firme- ya pasaron este jueves por las urnas.

La candidata del correísmo Luisa González, que prometió que el expresidente Rafael Correa sería uno de sus principales asesores, es la favorita en los sondeos. Más del 24% de los encuestados la respalda. Ecuador se asomaría con ella al cambio: de la derecha liderada por el actual mandatario, Guillermo Lasso, a otra era izquierdista. Sin embargo, tras el tiroteo de Villavicencio, el electorado fatigado por la ola de criminalidad y el «débil» combate contra los delincuentes parece inclinarse hacia propuestas más firmes en la persecución de la violencia, un frente que González -que aseguró este jueves haber recibido también amenazas- no controla.

El centroderechista Jan Topic, llamado 'el Bukele ecuatoriano', ha avanzado del quinto al segundo lugar en intención de voto. Millonario, con 40 años y pasado militar, ha entrado en política abanderado por su lucha «feroz» contra el crimen organizado. Su estrategia pasa por «retomar el control de las prisiones y de las fronteras para que nunca más ingrese el narcotráfico o armamento ilícito a nuestras calles». Un discurso que podría convencer a los ciudadanos hartos de la violencia.

La cifra de homicidios se quintuplicó en seis años en Ecuador. A lo largo de 2023, más de 3.000 personas han sido asesinadas -el 70% de las víctimas contabilizadas en todo 2022- y las denuncias por extorsiones aumentaron un 300% en comparación con el pasado año. Las muertes a manos de bandas por la lucha de territorios en la llamada 'ruta de la droga' y el cobro de dinero a cambio de «protección» de los mismos grupos también son ordenados desde las cárceles.

Las celdas, creadas para dar sensación de seguridad al exterior, han pasado a ser el epicentro del crimen. Desde hace siete años, los presos no se agrupan por tipo de delito, sino por la banda a la que pertenecen. La falta de personal penitenciario o poco capacitado y el hacinamiento, según el Observatorio de Derechos Humanos, han creado el escenario óptimo para los cárteles que controlan los centros de reclusión, donde el 60% de los reos forma parte de algún grupo ilegal. Más de 400 reclusos han muerto en medio de enfrentamientos entre las pandillas rivales en prisiones.

La estela de las bandas criminales cubre unos de los comicios más polarizados jamás vistos en Ecuador. La derecha o la izquierda no ha logrado allanar lo suficiente el camino hacia las urnas para prever quién conseguirá el poder para los próximos dieciséis meses, el tiempo que queda para el final de la legislatura que Lasso decidió interrumpir con la 'muerte cruzada', una fórmula legal que permite disolver la Asamblea y convocar elecciones. Pero se espera que el encargado de marcar la equis en las papeletas sea el luto por los miles de muertos que ha causado la violencia en el país.