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Ecuador elige este domingo un presidente para los próximos cuatro años. Los candidatos son los mismos que en las pasadas elecciones. Aquellos comicios terminaron en ... empate técnico. Daniel Noboa, de 37 años, obtuvo el 44.17% de los votos y Luisa González (47), se quedó en el 44%. De ganar ahora, ella se convertiría en la primera mujer que llega a la presidencia después del breve mandato de Rosalía Arteaga en 1998, que duró tres días en el poder. Son unas elecciones muy disputadas. Las encuestas mantienen el empate. Y eso que Noboa ha perdido la confianza del pueblo, y los que auguraban el fin del correísmo hoy dicen lo contrario. González ha pedido unidad y ha obtenido el apoyo de fuerzas importantes.
«Estas son las votaciones más importantes en la historia del Ecuador», asegura Daniel Noboa, presidente y candidato a la reelección por el movimiento Acción Democrática Nacional,
Hace año y medio, en las anteriores elecciones, Noboa prometió devolver la sonrisa a los ecuatorianos. Hijo del hombre más rico del país, Álvaro Noboa, que intentó gobernar infructuosamente en cinco ocasiones, Daniel se convirtió el pasado 15 de octubre de 2023 en el presidente más joven de Ecuador. Su triunfo sobre Luisa González, para muchos politólogos, representaba el fin del correísmo. Pero no. González es nuevamente su rival en esta segunda vuelta de las elecciones.
Aquel octubre victorioso, Noboa no solo prometió devolver la sonrisa a un país quebrado por la violencia, especialmente la provocada por el narcotráfico y los grupos delincuenciales. También dijo que devolvería la paz, la educación y el empleo a los ecuatorianos, y avanzó que tenía un plan especial para lograr levantar económicamente el país.
Pero Noboa parece haber perdido la confianza del electorado. «La gente ve con preocupación sus actuaciones. No pidió licencia para hacer campaña, designó ilegalmente a su secretaria como vicepresidenta violando claramente la Constitución actual, usa al Tribunal Constitucional para sancionar otra vez a Verónica Abad (vicepresidenta suspendida) y ha usado recursos públicos para hacer un mes de campaña sin atender las urgentes necesidades sociales. Entre ellas, el pago a las dializadoras, la gente no puede acceder a ese servicio vital por falta de pagos desde el Estado». Así define el panorama previo a los comicios la viuda de Fernando Villavicencio, el candidato asesinado antes de la celebración de las elecciones de 2023.
Christian Zurita, excandidato que sustituyó a su amigo asesinado en la cita de hace año y medio, considera que el bajón en popularidad de Noboa obedece a un castigo que ha recibido de la población por los apagones que se han producido y que ya estaban previstos, más los abusos de poder que se han registrado «y en los que ha demostrado un carácter poco amigable con los términos democráticos». Zurita prevé enfrentamientos y movilizaciones a favor y en contra pero cree que la coyuntura religiosa de la Semana Santa aliviará un poco la situación. Pesa especialmente sobre Noboa la relación que ha tenido con Verónica Abad, la vicepresidente elegida legítimamente y a la que ha llegado a abrirle un sumario administrativo.
Según el periodista Álvaro Espinosa, se han cometido abusos importantes desde el Gobierno. «Tenemos millonarias campañas sucias, financiadas con dinero que no sabemos de dónde proviene y cuyos montos, evidentemente, son excesivos, pero no están a la disposición de la gente, de la ciudadanía y no es información pública».
Por lo tanto, muy pocos creen que Noboa haya devuelto la sonrisa a los ciudadanos como había prometido. Para muchos, ha perseguido a varios de sus opositores y también a los medios en una estrategia de silencio que ha destacado la política de comunicación del Gobierno. El candidato, no obstante, insiste en un discurso acusador: «Este país no podemos regalárselo a las mafias. Jamás cederemos, seguiremos yendo hacia adelante», declaró en Guayaquil durante su último acto de campaña. «Ecuador se está despertando y no permitirá que el pasado vuelva», añadió.
La conclusión que hace Espinosa es cruda: «Tenemos dos proyectos que son muy similares en cuanto a su desprecio, en cuanto a su manejo autoritario del poder».
Luisa González se define como madre, animalista, deportista y sostiene que Dios es su fundamento. La candidata de Revolución Ciudadana aspira a convertirse en la primera mujer en llegar a la presidencia de Ecuador. Ha dado la vuelta a todas las encuestas. Muchos creyeron que, tras la derrota en las pasadas elecciones, el correísmo, movimiento con el que se identifica a González, iba a entrar en el baúl del olvido. Pero no. Hoy aparece con posibilidades de victoria y muchos aseguran que el correísmo, movimiento conocido por ese nombre por el expresidente Rafael Correa, quien gobernó entre 2007 y 2017 y hoy está escapado de la Justicia y exiliado en Bélgica, será un hecho.
Luisa González es la segunda vez que acude a unas elecciones. Anteriormente fue derrotada por el actual presidente, Daniel Noboa, en segunda vuelta. En los comicios del pasado febrero, González forzó la segunda vuelta con una votación sorprendente y en la que prácticamente hubo empate técnico. Noboa logró el 44,17% de los votos y ella, el 44%. ¿Qué ha podido llevar a la representante del correísmo que parecía prácticamente enterrado a aparecer ahora como ganadora por un apretado resultado?
«Luisa González es la candidata de la unidad», sostiene el periodista Álvaro Espinosa, que trabaja para la plataforma digital La Defensa. «Ella ha tenido la voluntad de hacer un llamado a la unidad sin mirar banderas políticas, sin sopesar ideologías. Ha tratado de que todos los proyectos políticos diversos que hay en este país, como el movimiento indígena, los partidos de centro, el mismo socialismo, e incluso algunos líderes de la derecha, se unan a su causa, a su candidatura», añade Espinosa.
González ha salido a la calle y ha visitado más ciudades que su adversario. En el mitin de Guayaquil se vio acompañada en la tarima por unas alianzas políticas que han dado un pequeño vuelco a las encuestas. «Destacaría su llamada a la unidad sin tener miramientos ideológicos ni político-partidistas para tratar de cambiar el rumbo a Ecuador y que tenga un horizonte mejor», destaca Espinosa.
Pese al caos que vive el país desde hace unos años por culpa de la inseguridad creada especialmente por las actividades del narcotráfico, González debe evitar las viejas ideas del correísmo de establecer vínculos con gestores de paz, con fuerzas de choque armadas, que acaben siendo una barrera de protección personal.
La aspirante ha denunciado una campaña de guerra sucia, y acabó el viernes denunciado que el Gobierno había retirado de forma abrupta su equipo de seguridad; extremo que inmediatamente fue desmentido por el Ministerio de Defensa asegurando que los 58 militares asignados seguían custodiándolo. Al mismo tiempo, González habla con optimismo de un pueblo que ya no se arrodilla y que se levanta por la justicia, la esperanza y por el Ecuador que merece.
La candidata de Revolución Ciudadana ha prometido democratizar el acceso a la Educación, que junto a la Sanidad serían gratuitas, universales y de calidad. Ha prometido promover la igualdad de género, al mismo tiempo que instalar un plan de lucha contra la violencia y la discriminación. Además de llamar a la unidad y de reforzar políticas sociales, ha anunciado que reactivará la economía del país, no solo a través de las exportaciones de petróleo sino de una mejoría en otros sectores. Tiene en la actualidad 168.600 seguidores en X y 215.000 en Instagram.
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