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Magnus Gunnar Von Haartman, 'Goggi', para sus más cercanos, vivió sus últimos días en Alhaurín de la Torre, allí falleció en 1980. Un pueblo de verdad entonces, que nada tiene que ver con el municipio de casi 50.000 habitantes que es ahora, en el ... que encontró calma y tuvo éxito en los negocios. Necesitaba relax, la vida de Von Haartman fue, de todo, menos anodina. Nació en Finlandia, en Helsinki, en 1897, en una familia con raíces suecas, y, con apenas 40 años, ya había combatido en cuatro guerras, incluida la Guerra Civil española, donde logró 12 medallas en las filas del bando sublevado.
Su bautismo de fuego fue en el Ejército finés, en la Guerra de Independencia, que enfrentó a dos facciones de esta nación; también combatió la Guerra de Invierno, cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) invadió su país, y en la de Continuación, consecuencia de la anterior. Su carrera como militar, que incluyó formación como piloto, fue extraordinaria, como apunta el historiador Cristóbal Villalobos, lo que le permitió ser enviado a la embajada finlandesa de Roma, en la década de los veinte del año pasado, todavía joven, y ponerse, años después, al frente del mando del Regimiento de Cazadores 24, entre otros méritos.
Todo lo escrito ya da juego, pero hay más que contar sobre 'Goggi'. Un ir y venir en uno de los periodos más convulsos de la Historia, el de entreguerras, lo que lo hace una figura todavía más interesante, digna, de hecho, de bastante literatura académica, como la hay, y hasta de conferencias, como la que abarrotó la Sala 'María Moliner' de la Biblioteca Municipal 'Antonio Garrido Moraga' de Alhaurín de la Torre, a cargo de Villalobos. Allí acudieron algunos descendientes de Von Haartman, como su hija Cristina y sus nietos, entre ellos, la reconocida restauradora Estrella Arcos Von Haartman, profesora asociada del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Málaga y en la Academia de San Telmo.
Cristóbal Villalobos ha buceado en una etapa de Von Haartman que puede parecer insólita, su paso por Hollywood. La Paramount le contrató en 1927 para interpretar a un oficial alemán durante la Primera Guerra Mundial en 'Wings', una superproducción muda de dos millones de dólares de la época, con 3.500 soldados, 165 aviones y un joven Gary Cooper. También actuó en 'Very Confidential' (1927) y 'The Wedding March' (1928). Pero su papel más importante llegó, a las órdenes de Victor Fleming, en 'The Awakening' (1928), en la que encarnó al teniente Franz Greyer.
La experiencia adquirida en la meca del cine le sirvió, a su regreso a su país, filmar películas en las que ejercía como director, guionista y actor principal. Como 'Korkein voitto' (1929) o 'Kajastus' (1930), en cuyo reparto estaba una joven actriz llamada Elsa Segerberg. Con la que se casaría poco después y tendría su única hija, Christina. En 1930 volvió a Hollywood y participó en 'Hell's Angels', dirigida por el mítico Howard Hughes. Un personaje que después inspiraría la película de Martin Scorsese 'El aviador' (2004), protagonizada por DiCaprio.
Y, entre película y película y guerra y guerra, en 1942, fue ascendido a coronel y enviado a Madrid como agregado militar de la delegación diplomática de Finlandia. Allí conoció y se casó con la que sería su segunda mujer, Marie Eugenie Zichy Pallavicini, que trabajaba para la Embajada de Hungría. Los amigos la conocían como 'Ifi', recuerda Estrella Arcos, que explica que, a su abuelo y a su esposa, también les dio tiempo a fundar una empresa, Nordico, de importación y exportación, que dirigió hasta su jubilación. Y de la capital de España, el siguiente salto le lleva a Alhaurín de la Torre.
En suelo alhaurino disfrutó de la finca El Alamillo, que adquirió. «Le gustaba recibir a bastante gente y cocinar, lo hacía muy bien. Entre otros, en El Alamillo, tuvo como invitados, en numerosas ocasiones, al rey Leka de Albania, y su madre Geraldine; a María Luisa de Prusia, a Carlos Bernadotte (tío del actual rey de Suecia), la duquesa de Infantado, Otto de Habsburgo, María Larish o la familia Peralta. Así hizo mucha promoción de Alhaurín de la Torre», relata.
Generó bastantes puestos de trabajo y tenía fama de pagar bien, dice Arcos, e instauró una costumbre: en lugar de trabajar hasta el sábado, impuso quince minutos diarios de jornal, de lunes a viernes, y así se evitaban el fin de semana y las tardes. Estrella Arcos apunta que, en 1956, fundó, junto con 'Ifi', Viveros El Alamillo, con lo que fueron pioneros en la Costa del Sol en estos negocios. «El tipo de cultivo, la variedad de plantas o el cuidado, desde la semilla, lo que hoy en día se consideraría de grandes valores ecológicos y sostenibles, llevó a esta empresa a un sólido reconocimiento y gran aceptación entre particulares y profesionales», narra. Otra vertiente de su actividad fue el diseño y mantenimiento de jardines de Marbella como, por ejemplo, el de la casa de los Rothschild y los de algunos de los primeros hoteles de la costa. También fue uno de los impulsores de la comunidad de regantes de Fuenseca, todavía activa.
Otra vivencia personal le une a la tradición local más honda. En lugar de hacerse de la cofradía de Los Verdes o de la de Los Morados, decidió pagar las cuotas de ambas hermandades. «Era de los pocos vecinos de Alhaurín de la Torre que tenía coche y no fueron pocos los enfermos y las embarazadas que trasladó al hospital y, en cuanto a su vida familiar, la casa era una auténtica torre de Babel: hablaba en finlandés con sus familiares; en sueco, con su hija; en francés, con su yerno, y, en inglés y español, con sus nietos», rememora Arcos Von Haartman sobre el abuelo finlandés.
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