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Sin duda, uno de los colectivos predilectos en Antequera es ADIPA, Asociación de Discapacitados Psíquicos de Antequera y de su Comarca. «Nuestra misión consiste en ... la mejora continua de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y la de sus familias», explica su presidente Mariano Mir. Junto a él, un equipo directivo y de profesionales que avanzan en su día a día, en su vida para que sea lo más normal, integrados en la ciudad como cualquier persona sin distinción alguna.
«El objetivo principal de la asociación es la atención a personas con discapacidad intelectual en áreas asistencial, ocupacional y laboral, con la finalidad de su total integración social. Para ello, fomentamos la creación de centros y servicios» entre los que además de los de atención permanente, de día o talleres ocupacionales, están las viviendas tuteladas.
Silvia Gil Aguilar, directora de este cometido explica: «Son pisos como si fueran de estudiantes, donde ellos viven, hacen sus labores, pasan el día tras trabajar por la mañana, juegan, ven la televisión, duermen, pasan su vida como cualquier otra persona».
Es un paso más en su integración, se independizan de sus padres, forman su hogar. «En este nuevo piso de la Campsa hay hasta dos parejas». Desde 23 a 60 años, conviven en los dos pisos que tienen en la ciudad. «Nosotros les atendemos, ayudándoles a valerse por sí mismos, aprendiendo a cocinar y mantener un piso ordenado para lo que le ofrecemos monitores».
El día a día es como en cualquier piso. «Ellos tienen las necesidades de cualquier persona. Trabajan, llegan a casa, comen, escuchan música, ven TikTok, buscan películas y series para ver en Netflix». Y los fines de semana: «Hacen juntos sus salidas al cine, a ver exposiciones, participar en la vida social de la ciudad. Les gusta salir y contactar con el exterior».
Un regalo en forma de piso
La Navidad les ha traído un piso doble, perfectamente equipado, cedido por el Ayuntamiento. Además de estas diez personas de esta nueva vivienda en la Avenida de la Campsa, hay dos pisos más de otros proyectos, el de alquiler social y vida independiente, que es un escalón más donde ellos logran vivir totalmente independientes.
Veinte en total son los usuarios de ADIPA que viven en dos pisos tutelados en la ciudad, a pie de calle desde donde pueden disfrutar de su entorno. Y para el futuro, tras una vida trabajando y avanzando, ADIPA tiene en su horizonte la jubilación de ellos donde tendrán la oportunidad de descansar y vivir en una residencia para personas mayores, un centro concertado en el que cada día se avanza teniendo como objetivo final abrirlo en le próximo año 2023.
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