Tradición, vino y diversión en la Feria de la Vendimia de Mollina

Copas al aire en forma de brindis. Así es cómo se ha vivido la gran cata de vinos de Mollina en su propio epicentro, la plaza de Atenas, donde se han reunido cientos de personas. Presidida por el técnico Antonio Ignacio Mérida, la cata incluyó la degustación de tres vinos locales. El primero de ellos fue 'Infiel', de la bodega Carpe Diem, un vino joven de la Denominación de Origen Sierras de Málaga que combina la uva Pedro Ximénez, con la Colombard y la Doradilla. Desde casa. Desde los propios viñedos que colindan el pueblo. «Los aromas son recuerdos que se van aprendiendo a lo largo de beber mucho vino», reconocía Mérida. «Primero hacemos un sorbo, después cogemos aire y lo movemos por nuestra boca, las papilas gustativas nos dirán todo», explicó.

Mientras los presentes escuchaban al apasionado del vino explicar las sensaciones a la vista, el olfato y el gusto de los vinos, llegó el turno de los otros dos tipos. 'Kium Rosado' de la Bodega Capuchina Vieja, también de la D.O. Sierras de Málaga, fue el siguiente. Para terminar, con un rojo intenso y ribetes granates y especiado con un fino final de notas amargas, llegó el tercero de los protagonistas de esta cata, el Tinto Crianza, desde el Cortijo La Fuente, con la misma Denominación de Origen.

Arraigada a su tierra, como cada una de las parras. Así se encuentra esta tradición en Mollina que hasta los más pequeños conocen desde que empiezan su etapa escolar. Colores en mano y folio en blanco. Así lanzan su imaginación en los colegios del pueblo para ilustrar la cultura de la vendimia. «En nuestro cole se hacen actividades relacionadas con la cultura de la vid, muchos niños crecen unidos al campo por la tradición familiar», contaba a SUR Paula Podadera, quien trabaja como maestra en un colegio de Mollina. Desde el martes que empezó el taller de ensamblaje con las Bodegas Carpe Diem, no se ha perdido ninguna actividad de este año. «Es el único pueblo de la comarca que tiene esta Feria de la Vendimia, donde no falta el ambiente familiar», recalcó.

Era momento de celebración. El verano a punto de terminar y las clases casi al empezar. No solo había que festejar la cosecha, muchos aprovecharon para poner el broche de oro final a las vacaciones estivales con un viaje al origen de la tradición de Mollina. «Cada año esto se pone mejor, hacen más catas y actividades que nos hacen venir aquí a celebrar la vida», reconoció la maestra antequerana Ana Hidalgo. Junto a ella, su amiga Ángela Sánchez contaba que con este evento el Ayuntamiento de Mollina y las bodegas del pueblo «hacen mucho para que se conozca la cultura vinícola».

El Ayuntamiento de Mollina trabaja todo el año junto a los viticultores, enólogos y agrónomos para que sea posible celebrar este evento tan esperado por todos los vecinos. «La Feria de la Vendimia es un renacer, una copa en la mano para brindar por la salud, el deseo de lluvias y la felicidad de un pueblo, mi pueblo, Mollina», la define el alcalde del municipio, Eugenio Sevillano, quién también ha asistido a la jornada de este sábado

La tarde siguió con la Feria de Día desde las 15.30 horas con las actuaciones de los grupos Alma Son, Los Tumbaos y Trueno Azul. Los mollinatos bailaban al son de 'La Bamba' mientras el vino seguía el ritmo en el interior de las copas. Los trajes de flamenca también estuvieron presente en esta feria, eran la oportunidad para entrar en un sorteo de otros dos trajes. «Esta es una experiencia en la que todo el mundo tiene cabida» señalaba Hidalgo. Sin embargo, tanto ella como Podadera recalcaron que «debería haber mejor conexión de transporte entre los distintos municipios de la comarca de Antequera para no tener que depender de los coches».

Barricas blanquiazules daban la bienvenida a la plaza en la que los lugareños pudieron apreciar los mejores vinos de la región. Vinos de productores que comparten historias de generaciones dedicadas a la vinicultura. «Nos vamos a otras ciudades para hacer catas con el vino de calidad que tenemos en nuestras propias tierras», añadía Luna Ruiz. Junto a ella, Antonio Soto aseguraba que esta es «una oportunidad perfecta para conocer los orígenes del vino desde la propia raíz, desde las cepas donde todo comienza».

La noche continuará hasta la madrugada mientras la plaza sigue llenándose. A las 23.00 horas dará comienzo la tradicional Verbena Popular con la Orquesta Amadeus y el Cuarteto La Clave, junto al Dj David Mysound. Los presentes coinciden en que la Feria de la Vendimia de Mollina es mucho más que una celebración del vino. Es una vuelta a los ancestros que labraron las tierras con dedicación, el esfuerzo de aquellos que hacen posible cada cosecha y la identidad propia de la tierra. En Molina, la vendimia es un vínculo indestructible entre la tierra y su gente, una tradición que sigue viva y que continuará siendo el corazón de esta región durante generaciones venideras