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Ñito Salas
«Estábamos atrapados, todo estaba flotando y no podíamos ni salir porque la nevera se nos cruzó»
Cártama

«Estábamos atrapados, todo estaba flotando y no podíamos ni salir porque la nevera se nos cruzó»

Varios vecinos de la barriada de Doña Ana, en Cártama, cuentan cómo vivieron el desbordamiento del Guadalhorce y enfrentan ahora la pérdida de sus pertenencias mientras colaboran en las labores de limpieza

Julio J. Portabales

Cártama

Miércoles, 30 de octubre 2024

La barriada de Doña Ana en Cártama sigue sufriendo las secuelas del desbordamiento del Guadalhorce, que ha dejado a sus residentes enfrentándose a importantes daños materiales y una recuperación compleja. Vecinos de toda la vida y recién llegados coinciden en la gravedad de la situación, que no solo ha destruido muebles y electrodomésticos, sino que también ha arrasado con los suministros básicos en numerosos hogares. Atrapados entre el agua y el barro, muchos han perdido casi todos sus enseres y continúan, junto a los equipos de emergencia, las labores de limpieza y reparación. Mientras algunos intentan salvar lo poco que queda, otros recuerdan inundaciones pasadas y lamentan la falta de medidas preventivas en el río, expresando su preocupación por la posibilidad de que esta catástrofe se repita en el futuro.

  1. Rafael Rebollo, vecino desde hace más de 60 años

    «Esta inundación ha sido de las más fuertes que recuerdo»

«He vivido varias situaciones como esta: en el año 67, luego la del 89, en el 95. Esta ha sido una de las más fuertes; solo hay que ver la línea del agua que se ha quedado en la pared y alcanza casi la ventana. Ayer solamente nos preocupamos de sellar las casas, los que pudieron; desgraciadamente otros no pudieron y hoy es toda la limpieza que estamos teniendo por el tema del barro. En mi casa, por suerte, teníamos los preparos y no hemos tenido tanto problema como otras casas. Esto se podría solucionar poniendo un muro en la canaleta y el agua no entraría, pero desde el Ayuntamiento nos dicen que no hay dinero, así que estamos metidos en barro. Esto es la espada de Damocles, la tienes en lo alto y en cualquier momento te la puedes clavar».

  1. Jose Carlos, recién llegado a la barriada

    «Lo único que nos queda es aprender y estar más preparados para la próxima, porque volverá a pasar»

«Estamos afectados y bastante jodidos. Todo lo que había en la planta de abajo prácticamente se ha perdido; hemos podido salvar la televisión y poco más. Llevamos poco tiempo aquí y no nos lo esperábamos. Avisaron, pero no pensamos que el agua subiría tanto. Estamos aprendiendo para la próxima vez que pase, porque sabemos que no lo van a solucionar: el río no lo arreglan y parece que cuesta mucho quitar los restos de árboles y de ramas. Lo único que nos queda es aprender y estar más preparados cuando vuelva a pasar, porque volverá a pasar«.

  1. Jose María, toda una vida en Doña Ana

    «Hemos tenido unos años de sequía, pero como el río no lo han limpiado ni nada, ha venido todo de golpe»

«Hemos tenido unos años de sequía, pero como el río no lo han limpiado ni nada, ha venido todo de golpe y mira lo que ha pasado. Esto la Junta de Andalucía debería arreglarlo para que desagüe bien, porque es inundación tras inundación. Muebles, lavadoras, frigoríficos, congeladores… está todo para tirarlo. A nosotros nos ha afectado bastante, toda nuestra calle está inundada. Pusimos la compuerta para que aguantara el agua, pero aun así entró. Ayer el río cogió una altura muy grande y era bastante peligroso. Esto es una catástrofe; no se puede vivir tranquilo así».

  1. Soraya García, madre de dos niños pequeños

    «El agua entraba por la puerta, por la ventana e incluso por el cajón de la lavadora»

«La situación está siendo muy complicada, desde ayer esto es una película de terror. Hemos perdido todo el material de la planta de abajo; el salón y la cocina, con todos sus electrodomésticos, han quedado inservibles. El agua salía de la lavadora a toda presión, y nosotros, con el pie, intentando que no siguiera entrando. El agua llegaba hasta el cuarto escalón de nuestra escalera, y pasamos mucho miedo».

  1. Anuar, padre de familia

    «Estábamos atrapados, todo estaba flotando y no podíamos ni salir porque la nevera se nos cruzó»

«Es una ruina; ni comida, ni luz, ni agua…nada. Estábamos atrapados, todo estaba flotando y no podíamos ni salir porque la nevera se nos cruzó. Gracias a dios tenemos una planta arriba que si no nos morimos aquí. En un momento el agua dentro de la casa era más alta que la del río, tuve que salir por la ventana y abrir la puerta desde fuera para que pudiera salir todo el agua a presión. La presión llegaba de todas partes y en un momento determinado tuvimos que subir arriba porque ya era imposible contener el agua. Algunas personas del barrio se han ido con sus familias pero nosotros llevamos 4 años viviendo aquí y no tenemos donde ir. Tenemos dos niños, uno de trece y otra de un año y medio, y la comida, los pañales….Todo se lo llevó el agua cuando se abrió la puerta».

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