"Fue muy duro y hay veces que cuesta, pero tenemos que seguir, hay que seguir trabajando como aquel día", comenta Espinosa. El oficial recuerda que el cuerpo de bomberos y la familia de José han recibido el cariño de mucha gente, instituciones y premios que han ayudado a calentar el ánimo, especialmente a su mujer e hijos.
Desde aquél día, el compañerismo entre los miembros del parque "ha aumentado mucho". Con el aniversario del episodio "vuelven muchos recuerdos" y se hace un poco más difícil el día a día, pero la profesionalidad está por encima de todo. Mañana, cuando se crucen los bomberos que terminan la guardia con los que empiezan su turno, se guardará un minuto de silencio en todos los parques del Consorcio Provincial de Bomberos.
Gil tenía 48 años y era un bombero veterano, gran conocedor de la zona. Falleció tras volcar el camión que en el que acudían a un servicio: se precipitó sobre un río que bajaba con violencia, él y sus dos compañeros trataron de ponerse a salvo pero la corriente le arrastró. En una noche de caos se procedió con una búsqueda contrarreloj que acabó a la mañana siguiente, sin éxito.
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