El 3 de febrero: el día en el que las roscas de San Blas ganan al mollete en Antequera

El mollete reina en Antequera todos los días del año... salvo el 3 de febrero. Con motivo de la festividad de San Blas, los hogares antequeranos se llenan de roscas, alcanzando este año 18.600, 4.600 más que en 2021. Una tradición que tiene su origen en San Blas, médico y obispo de Sebaste (Armenia), al que se le atribuye la curación milagrosa a un niño cuando se había atragantado con una espina de pescado.

Fue mártir en las persecuciones a los cristianos en el siglo IV y es considerado como patrón de las enfermedades de garganta y de los otorrinolaringólogos, representándolo con una rosca de pan en la mano que es la que se tiene presente cada 3 de febrero.

La pandemia no frena su elaboración y se han pasado de las 14.000 unidades elaboradas en los hornos antequeranos a las 18.600 de este año que se nuevo se han arrasado. Una costumbre de Antequera y algunos pueblos de su comarca y de la provincia de Málaga.

Al «por San Blas la cigüeña verás, y si no la vieres: año de nieves» se suma en Antequera la de una rosca por persona en la mesa de la comida el día 3. Para ello, las panaderías comienzan su fabricación en la tarde del día previo para que sacerdotes las bendigan en tiendas y templos.

Una imagen del santo fue realizada por el escultor Andrés de Carvajal en el siglo XVIII, que se venera en un retablo con la efigie patronal de Santa Eufemia en la iglesia mayor y colegial de San Sebastián. Durante la misa de las 9,30 de la mañana, los fieles acuden a que les rocíen el pan con agua bendita.

La pandemia obliga a dejarlas a los pies del altar mayor y proceder al rito, en vez de trasladarse todos ante el retablo del santo, donde se solía bendecir hasta el 2020. Las personas acuden, aunque les dicen que ya han sido benditas.

Prueba de ello se comprueba en la noche del día 2, cuando el carmelita Antonio Jiménez se traslada a la tienda de barrio Alimentación Juan Ignacio de la plaza de San Sebastián, donde ante clientes, las bendice para que se puedan repartir desde primera hora de la mañana, aunque hay quien se la lleva al momento.

Una tradición más en Antequera, la ciudad que guarda una historia, una leyenda, un recuerdo en cualquier rincón, como demuestran esas 18.600 gargantas que el día 3 prueban ese pan en forma de rosca.

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