El torcal de la Serranía de Ronda

Concretamente, el Torcal serrano se localiza en la Sierra de Oreganal, cerca del Cancho de Almola, que se sitúa a algo más de 1.400 metros de altitud. La mayor parte de la extensión se encuentra en la zona de Cartajima, en una propiedad privada, por lo que no es posible su visita en este punto, pero sí en la parte que corresponde a Júzcar, donde, a instancias del Ayuntamiento de este pueblo, se puso en valor el sendero de las Eras hace varios años. El mismo está homologado por la Federación Andaluza de Montañismo (FEDAMON) y su denominación es SL-A 176.

Se trata de un recorrido circular que no alcanza los tres kilómetros, 2,680 metros, concretamente, y que se realiza en alrededor de una hora. «La gente alucina, hablando coloquialmente, no se espera que en la Serranía de Ronda y en el Valle del Genal, que destaca por sus bosques de castaños, por lo que se conoce en otoño por 'la primavera de cobre' o 'el bosque de cobre', se encuentre este paraje kárstico», añadió Flores, que subrayó: «Es una pena que no esté puesto en valor, explotado de forma sostenible, sería un gran revulsivo para la zona, un gran atractivo turístico, los ayuntamientos implicados tendrían que apostar por ello. Hay muy pocos paisajes de estas características en España», defendió el rondeño.

El sendero que se puede realizar parte del Puerto de las Eras, al que se accede desde la carretera que parte de la vía entre Ronda y San Pedro de Alcántara, la A-397, y conduce hasta Júzcar. Existe un aparcamiento en este punto, que está señalizado, antes de llegar al casco urbano de este pueblo. El itinerario recibe este nombre porque se pueden encontrar varias eras o zonas que se utilizaban antaño por agricultores para, entre otros, separar el grano de la paja. «Se ven cuatro eras en el recorrido. El visitante no se espera que existan en una zona tan rocosa, pero antes cualquier dolina o llanura entre las rocas se aprovechaba para sembrar», continuó este profesional.

El Tornillo frente al Águila

Los Riscos o el Torcal de la Serranía está conformado por rocas de época jurásica, por calizas que se formaron hace millones de años en el fondo del mar y que emergieron a la superficie por el choque entre las placas africana y europea, exponiéndose a un proceso de erosión, por las acciones, entre otros, de la lluvia y el viento, que las ha modelado. «Les han ido retirando las capas más blancas y fáciles de erosionar y han dejado, digamos, el esqueleto de las rocas, que es lo que podemos apreciar en la actualidad. Se ven los estratos horizontales de las rocas que se formaron por acumulación de restos marinos, de tierra... en el mar. Lo que hay entre capa y capa es como arena que se va gastando», relató Flores al respecto.

El Torcal de Antequera cuenta con formaciones peculiares como el Tornillo, que es su emblema, pero también el Ataúd, el Sombrerillo... En el de la Serranía la más conocida es el Águila, pero también el Rey y la Reina, la Bota, el Cocodrilo, el Camello, el Hipopótamo... «La más conocida es el Águila. Es el emblema. La zona también recrea un ecosistema muy peculiar, en el que sobresalen las plantas rupícolas o asociadas a las rocas. Igualmente, es muy importante la presencia de la cabra montés. E históricamente, el sitio ha servido de escondrijo para ladrones y malandrines», comentó el responsable de RFNatura que invitó a realizar este sendero. «Es muy recomendable. Es corto, pero es muy bonito, espectacular. Es una maravilla natural», comentó.

Sobre en qué se diferencia del Torcal de Antequera, mantuvo que las formas son más puntiagudas, menos redondeadas. «Este torcal parece que es más joven que el de Antequera, es más agrio, ya digo, la roca es la misma, pero el proceso de erosión distinto».