Temporada de baño en las pozas del río Genal

Desde hace unos veranos, el Genal, en estos municipios, se ha popularizado y cada vez son más los visitantes que se acercan a este paraje natural, que destaca por sus resfrescantes y limpias aguas y también por su exhuberante naturaleza, un oasis para relajarse y desconectar de la rutina y el estrés diario. No obstante, cuando se registra mayor aflucia es durante los fines de semana. El resto de los días, aún es posible pasear y bañarse casi con total intimidad, en cualquiera de de los rincones de este entorno que invita a perderse.

A esta parte del río Genal se llega, desde Ronda, por la carretera entre la ciudad del Tajo y Gaucín. Al llegar a Algatocín, se toma el desvío hacia Jubrique, cruzando esta localidad. A partir de aquí, aunque la vía está plagada de curvas, merecerá la pena pasar por este trago, para encontrarse con este vasto entorno natural. La primera de las pozas se sitúa junto a la carretera. Desde el puente en ésta, se puede observar El Puente, al que se baja por un pequeño sendero. En la zona, es posible disfrutar de la gastronomía, gracias a la presencia de dos establecimientos: de Venta San Juan y de Restaurante Camping El Genal. Además, también se oferta el alojamiento en dos campings (El Genal y San Juan) y en bungalows. El río, de la misma manera, cuenta con senderos, por lo que se puede realizar esta práctica, también acuática, y pasar por pasarelas que se han instalado siguiendo este cauce malagueño.

En El Puente, realmente, debajo de él, se suelen instalar los bañistas, equipados con el mobilitario típico. En este punto, con bastante agua, los más pequeños disfrutan especialmente, dándose chapuzonas y tirándose al agua desde unas plataformas de hormigón que hay.

Ya río arriba, por el agua, a pocos metros del Puente, aparece el Charco Picao, la poza con más agua junto al Puente, con cascada incluída, gracias a las presas artificiales que se han habilitado para contener el agua.

Siguiendo el río, se llega al Estrecho (por el agua o a pie), en el que el cauce parece encajonarse entre las piedras;y un poco más arriba, ya con los pies en agua, está La Toma, la poza más escondida, que puede ofrecer hasta un jacuzzi natural. Se recomienda el uso de escarpines u otro calzado para patearse el Genal, en el que también es posible contemplar sus peces, aunque lo cierto es que cada vez menos. Este río cuenta con agua, pero antaño, llevaba mucha más.

«Me encanta este lugar»

Desde Cantabria, Lidia es una asidua al Genal, ya que su madre era de la zona, de Cortes de la Frontera: «Desde chiquitina venía, mi madre era de Cortes, recuerdo venir con mis tíos, mis primos lanzarse a una poza que había más grande, muy limpio, me encanta este lugar», comenta, jugando con su hija en El Estrecho. Otra bañista, en este caso procedente de Almería, se muestra sorprendida por la frondosidad de la naturaleza: «Es la primera vez que vengo, es un sitio espectacular y el agua no está tan fría como se espera, mañana nos vamos a Ronda, pero volveré con mi hijo», dice, coincidiendo con otra bañista, sentada próxima a La Toma: «Volveré porque este sitio tiene mucho que explorar».