![Joan Marc Falcó, ultrafondista: «En los 101 kilómetros de La Legión hay que tener clara tu estrategia, lo que quieres hacer»](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2024/05/09/joan-kKhH-U22071059420gkD-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
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Joan Marc Falcó es uno de los reyes de los 101 kilómetros, de la carrera que organiza La Legión cada años, salvo excepciones, enfrentando a sus participantes a un duro recorrido, a pie o en bicicleta, por Ronda, Arriate, Benaoján y Montejaque, en la provincia ... de Málaga, y por Alcalá del Valle y Setenil de las Bodegas, en la de Cádiz. Ha ganado tres veces en la categoría de marcha: en 2017, 2018 y 2019 (en 2020 y 2021 no hubo por la pandemia). En 2022, el Covid le fastidió. Consiguió acabar la prueba, pero lejos de las marcas anteriores: «Creí que era un resfriado normal. A falta de siete kilómetros, las piernas me dijeron basta y me desplomé. Tardé una hora y pico en recuperarme y ya seguí, pero andando», explica este ultrafondista, catalán afincado en Ronda, por amor. Es profesor de Educación Secundaria, de Física y Química, en el Rodríguez Delgado, donde sus alumnos ya lo dan por vencedor este año. «Eso de ganar... Hay que ir al campo de batalla antes», les dice a los estudiantes.
Pero Falcó quiere lograr este 2024 sus cuartos 101 (en 2023 no hubo carrera por estar la mayoría de los efectivos de La Legión de misión en Líbano). Empieza habitualmente a entrenar en Navidad: «Aprovecho las vacaciones, es como mi pistoletazo de salida», asegura. A partir de entonces, se programa 20 semanas de entrenamiento, que divide en bloques de cuatro semanas de ejercicio y una quinta en la que rebaja el nivel. «Los dos últimos bloques son más cañeros», añade. Puede correr dos veces al día, por las mañanas, temprano, y en la hora del almuerzo. «No tengo más tiempo», confiesa. Luego toma un batido o merienda con mayor contundencia.
Entrena por el recorrido de los 101 y los domingos se va a la última parte, que es la que más le gusta, por las subidas y bajadas de montañas que presenta el terreno, lo que dice que le motiva más.
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«Es una carrera muy psicológica. En los 101 tienes que tener clara tu estrategia, lo que quieres hacer. Yo voy a intentar ganar este año, pero no depende de mí solamente, depende también de la forma del resto de los participantes. El estar más fuerte no significa ganar, te puedes equivocar en cómo gestionar la carrera. Si no lo haces bien, puedes pagar las consecuencias. A partir de la tercera o cuarta hora de la carrera, empieza, como digo, el muro de las lamentaciones. Todos corremos tres o cuatro horas», explica Falcó, que señala entre los kilómetros 60 y 70 del recorrido, cuando se dice, popularmente que empiezan los 101, como el momento en el que las piernas están cansadas. «Nadie hace cien kilómetros de entrenamiento, pero si haces tiradas largas, se va acumulando y puedes gestionarlo bien», relata.
Para este ultrafondista, la mejor parte del recorrido es la última, como se ha citado anteriormente, la que se suele patear más en sus entrenamientos. Especialmente, el paso por Montejaque, la subida a su Ermita, y el paso por Setenil de las Bodegas que es «como si estuviese subiendo el Tourmalet en el Tour de Francia». «Hay una parte de ambiente que es un espectáculo, también en los 101 nos juntamos mucha gente de distintas modalidades deportivas, cada uno con su meta y su mejor o peor preparación. El entorno también es único, ahora Ronda está verde, invita a correr antes de que venga el calor... El paso por los pueblos», defiende, como lo más destacado de la prueba. Lo peor para él es el tramo entre el Puerto del Monte y Setenil de las Bodegas: «Es un horror, son una serie de carriles largísimos, anchos, interminables... Se me hace muy largo. Ahí te puedes equivocar muy fácilmente, te puedes venir abajo, se te puede olvidar nutrirte bien y lo puedes pagar fácilmente más tarde», afirma.
Falcó quiere emoción en la carrera, «que esté disputada, que es lo que le da salsa al deporte». «Si uno lleva ventaja y va solo, no hay carrera. Para el público esto también es muy emocionante... Es muy difícil predecir el nivel, hay gente que conozco y otra que no», sentencia el deportista de 43 años, al que le queda fuelle, pero al que también su pareja ya le reclama más tiempo juntos.
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