Emilio Sánchez: «El entorno es envidiable, casi salvaje en muchos casos»

Éste subrayó que Benadalid invita a adentrarse en sus calles que están conformadas por las fachadas blancas de sus casas, por rincones llenos de flores, con el resultado de un entramado en el que se palpa el pasado de la localidad. Sobresale en agosto la Fiesta de Moros y Cristianos, que recrea las contiendas entre ambos bandos, que se engloba en las fiestas patronales a San Isidoro y que tiene como escenario el entorno del Castillo, en el que se asienta el cementerio del pueblo.

«Para mí la plaza del pueblo es mi lugar favorito», manifestó Sánchez, por otro lado, y apuntó a que vivía en este punto de la localidad cuanto era niño y que el mismo sigue siendo el epicentro de la vida en Benadalid, como ocurre en la mayoría de los pueblos.

Hacer senderismo es otro de los planes imprescindibles para este vecino en una visita a Benadalid, especialmente, adentrarse en los bosques de castaños en otoño, antes de que éstos pierdan las hojas, coloreando el Valle de dorados y con ejemplares centenarios.; e ir a Benamaya, un antiguo poblado de Benadalid. «La visita a cualquiera de los pueblos de alrededor también es especial», terminó.