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Al norte de las ruinas romanas de Acinipo se están ultimando los trámites para un parque solar fotovoltaico que tendría una extensión similar a la ... que ocupan 150 campos de fútbol, y que sería capaz de generar electricidad para buena parte de la provincia de Málaga. El proyecto, a cargo de Cepsa, es el más avanzado de los numerosos de este tipo que diversas empresas están tramitando en la Serranía, y que han levantado ampollas entre los colectivos ecologistas y numerosos ciudadanos de la zona.
La división de renovables de la compañía de productos petrolíferos ha presentado hoy sus planes, que contemplan la implantación de paneles solares en una extensión de 150 hectáreas, con una potencia conjunta de cien megavatios, capaces de dar luz a 64.000 hogares.
La instalación irá sobre suelo agrícola de secano (hasta ahora dedicado a la producción de cereales), pero no afectaría a la pujante industria vinícola de la zona. Para ello, se ha contactado con entre 20 y 30 propietarios particulares, con el compromiso de alquilarles el suelo por un periodo de 30 a 35 años, una vez que se apruebe.
Las fincas están ubicadas entre la zona norte del yacimiento de Acinipo (en el término municipal de Ronda) y, en menor medida, en el vecino municipio de Montecorto. La inversión prevista es de 62 millones de euros, según ha explicado Gerónimo de Angulo, director de Desarrollo Renovable de Cepsa, durante la presentación del proyecto a los medios, junto a varios miembros de su equipo técnico. Los terrenos afectados están considerados como de «baja producción agrícola».
La construcción generará hasta 200 puestos de trabajo durante un año, y posteriormente para la operación, el mantenimiento y la seguridad se emplearán seis personas, más el empleo indirecto en otras tareas. La iniciativa está en fase de tramitación, después de una primera información pública, de la que se han recogido varias mejoras, según Angulo, y a la espera de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y de un segundo trámite de alegaciones. El proyecto tiene «compatibilidad urbanística» con el PGOU de Ronda.
El directivo considera que obtener el permiso a finales de este año sería un escenario «optimista», y en ese supuesto podría estar en producción a finales de 2024. Angulo recordó que esta instalación está siguiendo la tramitación anterior al cambio de normativa, que es mucho más garantista que la actual, por lo que no se pueden beneficiar de ningún «atajo».
El aspecto que más preocupa a vecinos y colectivos de la comarca es el de su impacto paisajístico. Al respecto, el representante de Cepsa puso de relieve que se han llevado cabo varias mejoras tras el primer procedimiento de información pública, en especial en lo que tiene que ver con la vista del Tajo que fue una de las alegaciones planteadas por el Ayuntamiento de Ronda, mediante el soterramiento de los cables de alta tensión necesarios para distribuir la electricidad generada.
La nueva propuesta técnica contempla la ubicación de la instalación fotovoltaica fuera del ámbito de protección del BIC de Acinipo para protegerlo y evitar impactar en áreas de interés arqueológico. También se ha reducido la tensión de los tendidos de los 400 kV iniciales a 220 kV, a fin de poder incrementar los tramos que irán soterrados, que suman cerca de cuatro kilómetros. Con ello, se evita el paso aéreo por el Parque Natural de Grazalema y se alcanza el nulo impacto paisajístico sobre el Tajo de Ronda.
Entre las medidas sociales propuestas por Cepsa están la creación de una comunidad energética, para reducir la factura eléctrica de los rondeños; el patrocinio de las mejoras necesarias para la puesta en valor del yacimiento arqueológico de Acinipo y un programa de becas para estudiantes de FP, entre otras.
Una veintena de vecinos y miembros de colectivos ecologistas protagonizaron una protesta a las puertas del hotel donde tuvo lugar la presentación del proyecto fotovoltaico de Cepsa, e incluso se colaron y trataron de asistir al encuentro. La compañía alegó que en dos a tres semanas habrá una cita en Ronda específica para ellos, mientras que esta era para la prensa, y finalmente desalojaron la sala de forma pacífica.
Entre los congregados estaba Andrea Chabant, miembro de una familia afectada por otro proyecto similar que promueve Cobra (pero no por el de Cepsa), quien denuncia la pretensión de instalar 12 torres de alta tensión en sus terrenos, de entre 60 y 80 metros de altura, «que es como poner edificios en medio del campo».
«El paisaje en Ronda es fuente de prosperidad, empleo y turismo, la gente viene por esto, cualquier cosa que afecte al paisaje nos afecta a todos y generará más pobreza».
A ello, añade que el valor de sus terrenos una vez implantadas las líneas aéreas de alta tensión se reduciría a una tercera parte, por la dificultad de seguir con la actividad agrícola y ganadera.
Saturnino Moreno, histórico dirigente ecologista y coordinador de Silvema Serranía de Ronda, califica las «macrogranjas renovables» como «una barbaridad», que afecta de lleno al paisaje y a la fauna del territorio.
«Llevamos un año horroroso, y peor todavía desde ayer, ya que el Estado ha relajado totalmente la normativa» para este tipo de iniciativas. «Estamos al borde del precipicio, no sólo en el entorno de la Serranía de Ronda, sino también en El Chorro y Antequera», denuncia.
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