Preocupación en El Burgo por Joaquín, desaparecido en el derrumbe del vertedero de Zaldibar

Casi mil kilómetros separan Zalla, en el País Vasco, de El Burgo, en Málaga; pero la preocupación y el dolor ante los fatídicos hechos son los mismos. En una y en otra población se viven momentos muy duros ante la desaparición de Joaquín Beltrán, de 51 años, y otro compañero, tras el derrumbe del vertedero de Zaldibar sobre la autopista AP8 el pasado jueves. Joaquín Beltrán nació en Zalla, pero sus padres procedían de la citada, localidad malagueña.

«Todo el mundo lo conoce en el pueblo, aquí nos conocemos todos», dijo José Joaquín García, el alcalde del municipio al que Joaquín Beltrán se desplaza cada verano. «Viene sobre todo en el mes de agosto, la última quincena, con motivo de la Feria dedicada a San Agustín», comentó. Éste cuenta con vivienda propia en esta pequeña población enclavada en la Sierra de las Nieves. «Hay varias familias que lo están pasando realmente mal», lamentó, al tiempo que pidió que no se paren las labores de búsqueda de Joaquín y de su compañero y que no se prolongue «esta agonía».

Joaquín se marchó al Norte de España hace años, junto con su familia. Es propietario de una empresa de excavaciones y construcciones desde hace varios, Excavaciones Joaquín Beltrán. El derrumbe también hirió al hijo de uno de sus primos que llevaba alrededor de un año trabajando en la zona, a José María Vera, natural de El Burgo.

Las labores de localización de los dos desaparecidos desde que el pasado jueves se derrumbó el vertedero de Zaldibar sobre la AP-8 se han suspendido por la «inestabilidad» del terreno y «los riesgos de nuevos corrimientos» y se evalúa si se les puede localizar por otra zona, según ha explicado la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia.

La consejera de Seguridad y el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, han comparecido en rueda de prensa en el Ayuntamiento de Zaldibar y han indicado que están «empeñados» en la búsqueda de estos trabajadores y que el mismo jueves, tras tener conocimiento del derrumbe, los servicios de rescate de la Ertzaintza, de Emergencias, Bomberos Protección Civil y unidades de Tráfico se pusieron en marcha para intentar localizar a las siete personas de cuya desaparición se informó en un primer momento y para comprobar que no había ningún vehículo atrapado por el derrumbe.