Las placas solares que permiten a las monjas Antequera seguir haciendo sus dulces

Por ello, hablar de dulces y mantecados es hacerlo de los conventos de clausura en Antequera, donde las religiosas han custodiado las recetas que hoy se difunden por toda España. Desde hace dos años, la comunidad de la Encarnación se sumó a la elaboración de dulces que son muy bien recibidos en Navidad y durante todo el año.

Los turistas que llegan a la zona del Coso Viejo, donde está el Museo de la Ciudad, se dejan llevar por el olor a magdalenas, hojaldrinas, bizcochos, pastas de jengibre, brownie... y «todo lo que hacemos están a disposición de la gente que buenamente quiera probarlos», destaca su madre superiora, Sor Angelina Ngina.

A sus quehaceres de rezar por nosotros, suman la labor en el horno, donde por la mañana se turnan tras la misa y hasta la hora del Ángelus. Por la tarde, se envasan los productos hechos a mano. Venden en el convento, pudiendo llamar al 952 73 90 09, aunque lo mejor es llegarse por la mañana o por la tarde, cualquier día de la semana.

El horno a mano

Siguen agradeciendo el horno que les brindó una familia muy relacionada con ellas. Insiste que «para nosotras, rezar es lo primero en nuestra vida contemplativa, pero también necesitamos recursos. Todo ha subido mucho y en la comunidad somos pocas religiosas y teníamos que buscar ingresos».

Para ello, «nos basamos en recetas antiguas, a las que les sumamos nuevos ingredientes tras recibir clases de cómo elaborar los dulces que están gustando muchos». Entre su productos: pastas caseras «Carmencitas», bizcocho carmelitano, magdalenas artesanas, roscos de San Elías, galletas de avena, galletas de jengibre y canela, galletas de anís, hojaldrinas carmelitas y productos con chocolate, como las galletas y el delicioso brownie.

A los mantecados, polvorones, alfajores y roscos de la amplia oferta que ofrecen los hornos de la ciudad, se suma el de las religiosas de la Encarnación que le sorprenderán por su exquisitez, buen hacer y sabor, distinto a lo que puede probar en otro sitio. ¡No se pierda las pastas y las magdalenas!