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Es un mundo tradicionalmente de hombres. La presencia femenina cada vez es mayor, aunque no siempre son partícipes de la toma de decisiones. Se trata de las cooperativas agroalimentarias, un sector ahora sometido a examen en la comarca de Antequera para conocer su funcionamiento y ... así poder aumentar la perspectiva femenina en estos órganos. Así, se plantea un diagnóstico que incluye la realización de encuestas a las mujeres que forman parte de las directivas y del personal de estas cooperativas olivareras y agroganaderas de todos los municipios de la comarca: Alameda, Antequera, Casabermeja, Campillos, Fuente de Piedra, Humilladero y Mollina. Además, se incluirá el municipio de Colmenar por su cercanía y por contar con una mujer como presidenta de la cooperativa, según explica Isabel Muñoz, gerente de Consultora Rural, la empresa que lleva a cabo este estudio financiado por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) e impulsado por la Asociación de Mujeres 'Flor de Albahaca' de Humilladero.
En total, se examinará a 14 cooperativas a través de un estudio pormenorizado de caracterización de cada una de ellas, para determinar qué dinámicas de participación son necesarias. Según apunta Muñoz, el sector tiene una gran importancia a nivel nacional, con 3.500 cooperativas agroganaderas, que recogen la producción de casi un millón de productores y productoras con una facturación de 30.000 millones de euros. Aunque la participación de mujeres como socias es del 30-40%, solo un 3% de las mujeres son presidentas de estas cooperativas o tienen un puesto de responsabilidad en el consejo rector, órgano de decisión de las mismas. Andalucía acapara gran parte de estas cooperativas nacionales, un 40% del total.
Este tipo de colectivos tienen gran impacto en la economía de los municipios pequeños. Aunque hay mujeres en el sector, no suelen ocupar puestos de responsabilidad en los consejos rectores, que se componen en su mayoría por hombres, según explica la responsable del estudio.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Mujeres 'Flor de Albahaca' y presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres de la Comarca de Antequera, Juana Ruiz, señala que los datos que se obtengan de este estudio buscan ser representativos para actuar como referente de otros territorios. «La participación femenina tiene que llegar a todos los ámbitos de la sociedad. Sabemos que las cooperativas de nuestro territorio tienen mucha influencia y repercusión en la economía de nuestros municipios pero la participación de las mujeres en la toma de decisiones es muy limitada, de ahí que queramos potenciar esta participación femenina y por eso hemos solicitado al Instituto Andaluz de la Mujer esta subvención«.
Asimismo, se pretende promover el conocimiento del sector primario y secundario en el ámbito urbano, así como propiciar una mayor participación de todo el capital humano de los municipios. De hecho, otro de los aspectos que se analizará es la repercusión que tiene la visión del territorio rural sobre la permanencia de las jóvenes en su municipio. «Hay que trabajar para mejorar la visión que se tiene del sector agroalimentario, es un sector mecanizado, digitalizado, donde la I+D+i tiene un papel importante, y esto es crucial que se sepa. Y por eso queremos poner el foco ahí, para que mujeres que han acabado su formación sientan ganas de trabajar por su territorio», apunta Muñoz.
Aunque son pocas las mujeres que ostentan cargos de responsabilidad en estas cooperativas, la comarca cuenta con algunos casos, como el de Carmen Bernal, presidenta de la Sociedad Cooperativa Nuestra Señora de las Virtudes de Fuente de Piedra. A sus 39 años, Bernal gestiona todo lo relacionado con el funcionamiento de la cooperativa: asambleas, reuniones, consejos… Sigue la estela de su padre, a quien relevó en el cargo en 2019. «Para mi era muy importante el relevo generacional, que cada vez es menor. En nuestra cooperativa hay dos mujeres molineras, siempre ha habido representación femenina», asegura.
Pese a que es «un mundo de hombres» Bernal explica que nunca se ha encontrado «barreras machistas» , e indica que las mujeres suelen trabajar en otros sectores. «La despoblación rural nos está afectando y yo no quería contribuir a eso, por lo que decidí integrarme en el negocio familiar pese a ser profesora».
Pepa Reyes, de 53 años, es otra de las mujeres que trabaja en las cooperativas de la comarca. Su aventura en la Sociedad Cooperativa Olivarera Nuestra Señora del Rosario de Humilladero comenzó hace 16 años, en una de las campañas de la aceituna. «Empecé en el clasificado, pero ahora hago de todo», cuenta esta trabajadora, que actualmente es la única mujer de la cooperativa. «Me llevo muy bien con todos, nos conocemos desde hace muchos años y nos ayudamos, pero me gustaría tener más compañeras». Reyes, que tiene tres hijos, también es socia de la cooperativa junto a su marido. «Estoy contenta, me gusta mi trabajo. Me gustaría jubilarme aquí», asegura.
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