Pedro Vázquez, la venta de Alhaurín de la Torre que es el «descanso del guerrero» para los deportistas

Su ubicación y la pasión de su responsable, Marilu Sánchez Chica, por el deporte, tienen la culpa de que este establecimiento se llene de gente que viste con camisetas de colores chillones, pantalones cortos y zapatillas de tacos o de que se aparquen allí más mountain bike que coches, de que se haya convertido en el lugar preferido para el «descanso del guerrero» o «el tercer tiempo». «La media de deportistas en la clientela es del 50%, pero los fines de semana es mortal, es del 100%. El lomo calentito y la zurrapa que servimos son famosos, encargamos 300 pitufos, 50 vienas y hasta 600 jamones para el lomo», detalla la gerente del negocio, con una veintena de empleados y empleadas. «Desde pequeña me ha gustado el deporte, luego tuve dos niños y tuve que aparcarlo un poco, pero remonté. Una vez que tomé el negocio, que lleva el nombre del que fuera mi suegro, apoyo varios equipos, tengo muy buena relación con los que vienen al monte a hacer deporte», explica la hostelera.

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El idilio se prolonga desde hace una década, Mari Luz cogió el negocio en mayo de 2013 y, en este tiempo, ha llegado a crear tradiciones, como las Campanadas de Jarapalos, que consisten en subir al monte a entrenar, cada 31 de diciembre por la mañana, tomarse las uvas y, como antesala de la Nochevieja, reponer fuerzas en Venta Pedro Vázquez.

El restaurante también es mecenas del club ciclista «Los Zurrapas», bautizados así en honor de la especialidad de la casa de comidas alhaurina. «La venta nos pilla de camino cuando salimos de ruta, pero nuestra relación ya va mucho más allá, es un auténtico punto de encuentro. En nuestro club somos 14, pero, en las últimas campanadas, llegamos a juntarnos 400 personas, entre nuestras familias y los amigos», ejemplifica el deportista y cliente asiduo.

Mari Luz Vázquez es testigo, encantada de serlo, de cómo en muchas ocasiones en su casa los corredores y los ciclistas, también los senderistas, que van más despacio, empiezan por el cafelito y el bocadillo y la reunión termina en «empalmada», con una buena cerveza fresquita y un almuerzo. Su horario, de 9.00 a 21.30 horas siempre viene bien para algún grupo. «Muchas veces, cuándo estamos terminando, nos picamos los unos a los otros y nos decimos, vamos, que el último paga la birra», comenta Antonio Suárez que, entre risas, reconoce, «así corres mucho más, tienes un aliciente». «La verdad es que, aunque, incluso son atletas de élite en muchas ocasiones, como a todo el mundo, les gusta relajarse. Yo estoy muy contenta de que sea en mi casa, que intento que sea un paraíso gastronómico a los pies de la sierra», deja claro Mari Luz Vázquez, experta en «dieta para deportistas».