Una nueva tractorada recorre Antequera para avivar las protestas del campo

El malestar del campo se hizo notar de nuevo en la provincia. Si el miércoles fue en la capital, donde las asociaciones agrarias habían convocado para una gran protesta, este viernes hubo de nuevo movilizaciones en Antequera. Un centenar de agricultores se citaron para una tractorada y recorrieron el municipio para hacerse notar. También hubo un reparto de limones, otra acción que no suele faltar en estas protestas. Los limones se han convertido en símbolo para denunciar la competencia desleal que denuncian los agricultores y para demostrar que la ley de la cadena alimentaria no está funcionando. En teoría, debería impedir que existan precios por debajo del coste de producción. En estos momentos, a los agricultores les sale más rentable regalar los limones que venderlos.

La protesta de este viernes estuvo secundada por agricultores y ganaderos, pero fue menos multitudinaria que anteriores. Cabe recordar que en Antequera se vivieron varios momentos de tensión, cuando se intentó bloquear, al inicio de las protestas, el acceso a las plataformas logísticas que tienen las principales superficies en esta localidad. Hasta el punto de que los agentes antidisturbios de la Policía Nacional intervinieron con fuerza.

A este episodio hizo mención el alcalde de Antequera, Manolo Barón, que se encontró con los agricultores para mantener una conversación con ellos. Megáfono en mano, pidió que la ira que sienten no vaya dirigida a la policía. «Ellos no tienen culpa, solo cumplen lo que les ordenan», aseguró.

El regidor mostró comprensión plena con el malestar que le manifestaron los agricultores y ganaderos y les animó a seguir movilizados. «No os detengáis. Como esto se pare ahora, no vais a conseguir nada», advirtió.

Barón también hizo referencia a las actuales políticas agrarias marcadas por la Unión Europea. Dejó claro que considera que muchas suponen un sinsentido y ponen en riesgo la supervivencia de las explotaciones.

«El control de los cuadernos, los requisitos, nosotros sabemos que vosotros no contamináis, todos sabemos que son otros países los que sobreexplotan los recursos. Vamos a seguir con esta protesta, pero con educación», pidió Barón. El alcalde de Antequera señaló insistió también en la importancia que tiene el sector primario. «Fue el primero, es el primero y será el primero. Sin la agricultura y sin la ganadería no hay nada. No es cuestión de dinero, es cuestión de cambiar las leyes. No se os puede obligar a hacer cosas que no tienen sentido para vuestras explotaciones», dijo.

Con el objetivo de redoblar la presión, los agricultores y ganaderos están planeando también una tractorada en Madrid, coincidiendo con las movilizaciones que para ese día han planteado las principales asociaciones agrarias. Está previsto que se desplacen también representantes de la provincia de Málaga hasta la capital.

Los agricultores y los ganaderos trabajan el campo. Aprovechan los recursos que les ofrece la tierra para producir alimentos sin los que se pondría en peligro a una sociedad que, por otra parte, parece cada vez más distanciada de sus fundamentos arcaicos. La electricidad sale del enchufe y el pan procede del panadero. Los agricultores y ganaderos, sin embargo, trabajan muchas veces en los lugares más recónditos de la provincia. En este sentido, la protesta de ayer también fue un intento de visibilizar la importancia que tiene el sector en un entorno más urbano. «Nosotros producimos alimentos de calidad. La gente tiene que entender que esta lucha no es solo nuestra, es una lucha de toda la población», señaló Jorge Millán, un ganadero de Campanillas.

Las reclamaciones planteadas en este día advertían de la competencia desleal, abogaban por una regulación de los productos que entran desde fuera de la Unión Europea y alertaban de crecientes requisitos y una burocracia «alocada», además de recortes en los fondos de la Política Agraria Común. Emilio Escobar, un agricultor con una explotación en Alhaurín de la Torre, aseguró que el sector está en una cuenta atrás. «Necesitamos medidas inmediatas para evitar la muerte del campo», aseguró que la urgencia es mayúscula.

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