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Ossama El Kandrissi quería recorrer África y mostrar su viaje a través de vídeos en su canal de 'Youtube'. Su sueño se hizo realidad este año, cuando este joven marroquí de 17 años comenzó un periplo que lo llevó a Sáhara Occidental y Mauritania ... haciendo autostop. Todo se paró cuando llegó a Senegal, donde fue arrestado en Kolda por viajar solo. Meses después conoció a su ángel de la guarda en la prisión en la que estaba encarcelado: era Daniel Vega, presidente de la asociación Eo, Eo de Alhaurín de la Torre, que se encontraba realizando su proyecto anual de cooperación internacional en el país africano. Cuando conoció su historia, Vega comenzó unas actuaciones diplomáticas que han conseguido la liberación del joven más de tres meses después. «Se ha convertido en mi hermano mayor, me ha dado una nueva oportunidad», cuenta El Kandrissi, ya en Marruecos de nuevo.
Cada año, un equipo de voluntarios de la asociación Eo, Eo viaja a Senegal dentro de su proyecto de cooperación internacional, en el que trabajan con asociaciones locales para el arreglo de colegios o ayuda sanitaria, entre otros. Uno de esos puntos es la prisión de Kolda, donde realizan talleres sobre salud. «Allí conocí a Ossama este verano. Me contó que había sido encarcelado por viajar solo y llevar una pistola de plástico, era de juguete. Aunque llevaba una autorización de su padre, no le hicieron caso y lo llevaron a la prisión. Me resultó extraño, por lo que comencé a indagar para conocer las diferentes versiones», recuerda Vega.
Así, tras hablar con el director y los educadores de la prisión, todos coincidían en su versión: había sido encarcelado por no estar acompañado de ningún adulto, según el presidente de Eo, Eo. «Era una situación muy injusta, y fue entonces cuando puse en marcha la diplomacia junto a la asociación local 'La alegría de los huérfanos', con la que colaboramos siempre».
Tras contactar con la embajada de Marruecos, y con el padre de Ossama, el resultado no fue fructífero, cuenta Vega. «No nos hicieron mucho caso. Su padre no quería hacerse cargo de él, y su madre murió hace años. Era una situación complicada».
Finalmente, pese a los esfuerzos, su proyecto de cooperación internacional finalizó en agosto y Vega y su equipo volvieron a Alhaurín de la Torre, aunque con la esperanza de seguir intentándolo. «Seguíamos en contacto con la asociación local y con las herramientas diplomáticas posibles. Finalmente conseguimos que el procurador entendiera que se trataba de una encarcelación injusta y sin fundamento».
Ossama consiguió la libertad el pasado 2 de septiembre. La condición del procurador era que debía regresar directamente a su país. La asociación Eo,Eo se hizo cargo del billete de avión hasta Marrakech, donde lo esperaba Vega para llevarlo con sus abuelos hasta Casablanca, asesorarlo y ofrecerle un plan educativo que le permita continuar con sus estudios y su vida. «Para mí también ha sido toda una aventura ver como se reencuentra con su ciudad después de seis meses. Sus ojos reflejaban una alegría desmesurada».
La vuelta a Casablanca de Ossama supone el inicio de una nueva oportunidad, como él mismo cuenta. «Quiero volver a buscar trabajo para poder ganar mi propio dinero y recomponerme después de estos malos meses, así podré volver a conseguir mi sueño, que es viajar por todo el mundo». Con un alto nivel de inglés y francés, el joven de 17 años buscará empleo en 'call centers' donde son necesarios operadores que hablen en estos idiomas.
Aunque se muestra muy feliz por poder regresar a casa, no olvida su estancia en la prisión y a las personas que conoció. «Mi caso ha acabado bien, pero hay muchos otros menores encarcelados injustamente que siguen allí. No entiendo por qué fui arrestado, es el único país en el que tuve problemas por llevar simplemente una pistola de juguete, de plástico, las que usan los niños para divertirse», cuenta Ossama, que recalca su agradecimiento a la asociación alhaurina y a su presidente en especial. «Gracias a ellos he podido salir de la prisión, si no llega a ser por su ayuda podría haber estado allí hasta los 22 años, es lo que me dijo el procurador».
Este final feliz es todo un hito para la asociación alhaurina. «Las injusticias sociales hay que combatirlas con la diplomacia, con paciencia y sin ningún tipo de violencia, sin crear odios a ninguno de los pueblos y no rendirse nunca aunque parezca que todo está acabado», recalca Vega, que asegura que han colaborado todo tipo de personas en este proyecto de ayuda internacional. «Cuando iba a la cárcel, charlábamos y nos fuimos conociendo durante varios días. Me creí su historia y hoy en día podemos decir que recuperará su vida y sus ilusiones».
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