Los presos de Alhaurín de la Torre recuperan las rutas senderistas

La experiencia, que ha implicado la organización de casi 200 jornadas de senderismo, se prolongó sin interrupciones durante 20 años, tiempo en el que dio tiempo hasta a abrir un sendero, el Presidiarios, con el correspondiente visto bueno de las autoridades forestales, aclara este veterano de Instituciones Penitenciarias, con 28 años de servicio;#la senda la conocerán quien frecuente la sierra alhaurina. En 2020, con motivo de las restricciones de la pandemia del Covid-19, se suspendió y no fue hasta el año pasado, cuando, de forma modesta, se reanudó.

El próximo año, y ahí es dónde entra en escena el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, las rutas senderistas regresan a lo grande, con 30 excursiones, que van desde las más cercanas, por Jarapalos y el Carramolo, a Sierra Nevada, pasando por la subida a El Torrecilla, la corona de la Sierra de las Nieves. El respaldo de la Administración local llega con motivo de la declaración del municipio como Capital Europea del Deporte por la Integración y el Voluntariado. «Estamos muy contentos de poder colaborar con el centro penitenciario, sobre todo en este proyecto concreto. Nada mejor que esta integración, que permite a los internos convivir con la naturaleza, como vía para la reinserción», explica el concejal de Deportes alhaurino, Sergio Cortés. «Este programa ya existía, se paralizó por la pandemia y hemos decidido volcarnos con sus objetivos, con el deseo de que tenga continuidad en los próximos años», sostiene el edil. De hecho, avanza que esta no será la única de las iniciativas, a favor de la integración y de los valores saludables, que el Ayuntamiento promoverá para que puedan ser partícipes los internos e internas de Alhaurín de la Torre. Será con apoyo de clubes locales.

«Si te vas a escapar, avisa»

Las rutas senderistas no son para todos, hay que estar en segundo grado y haber disfrutado ya de algún permiso o bien, directamente, en tercero y, previamente, se realiza una selección de los participantes, que debe aprobar la Dirección General, en Madrid, tal y como aclara Antonio Sánchez. «Son personas que ya están en reinserción, en tratamiento, no en régimen de vigilancia, por lo que no se trata de una jornada que requiera un control excesivo», apunta.

No obstante, relata que, siempre que comienza una de estas rutas, avisa, medio en broma, medio en serio, «quién se quiera escapar que avise y corra, que yo corro mucho y lo voy a perseguir». Si, aún así, el interno huido decidiera echar a perder todos los privilegios ganadas con una fuga, se daría parte a la Guardia Civil para que obrara en consecuencia; no hay más, aunque el monitor del centro penitenciario es tajante: «Jamás hemos tenido un problema, no creo que lo tengamos, al contrario».

«Cuando estamos en la montaña, les digo:#'Habéis tenido que llegar a la cárcel para disfrutar de esta experiencia, de la naturaleza'. Yo soy un enamorado de la sierra, de como te permite que tu mente se evada, y quiero transmitir todas sus bondades, también en mi trabajo», reflexiona Sánchez.

Parafraseando a Robe Iniesta, con esta experiencia, en definitiva, los internos de Alhaurín de la Torre, vuelven a ver el sol, más allá del tejado de la prisión.