![Mister Kaikus traza la frontera entre la vida y la muerte en Villanueva del Rosario](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2025/02/07/MURAL%20KAIKU6-RQlYxPo0O10ax4YGKaIu8pN-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
![Mister Kaikus traza la frontera entre la vida y la muerte en Villanueva del Rosario](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2025/02/07/MURAL%20KAIKU6-RQlYxPo0O10ax4YGKaIu8pN-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
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Existe una línea muy fina entre la vida y la muerte. El paso de un lugar a otro es cuestión de un instante, de una decisión e incluso de una palabra. En el interior de la provincia de Málaga se ha originado una frontera que separa el mundo mortal del de ultratumba y el creador no ha sido otro que el artista Mister Kaikus. El artista milita en Villanueva del Rosario y desde ahí ha querido pintar un mural llamado 'El Éxodo', que representa el mito de Caronte, para el mundo, con el que homenajear la acogida artística del municipio, continuando con una tradición que comenzó en 1980 con José Hernández.
Es muy recurrente que los mitos de la cultura clásica griega sean una fuente de inspiración para el arte pictórico. Grandes artistas como Rubens, Miguel Ángel, Da Vinci, Botticelli, Tiziano, Klimt o el mismo Goya han reflejado en sus obras a los héroes, mitos y dioses de esta cultura. Estas historias mitológicas siguen teniendo vigencia porque muestran la naturaleza y la esencia del ser humano, convirtiéndose en símbolos universales que transcienden el tiempo.
En este caso, Mister Kaikus ha reflejado en una de las fachadas de Villanueva del Rosario el mítico Caronte, el barquero encargado de transportar las almas de los muertos a través de la laguna Estigia. Esta laguna representa la frontera definitiva entre el mundo de los vivos y el reino de los muertos, custodiado por Hades, el dios del inframundo, y su feroz guardián Cancerbero, el perro de tres cabezas.
Sin embargo, Kaikus ha decidido subvertir la narrativa clásica en su mural. En lugar de representar el descenso hacia el inframundo, la obra ilustra la salida de los infiernos, un viaje hacia la vida «doméstica, apacible y amable», según ha descrito el propio autor. Este giro conceptual dota al mural de un significado esperanzador, convirtiéndolo en una metáfora visual del renacer artístico y la posibilidad de encontrar un hogar creativo en Villanueva del Rosario.
Para la creación de esta obra monumental, Mister Kaikus ha tomado como referencia «gráfica, simbólica y temática varias piezas del pintor José Hernández», explicaba. La relación entre el pueblo y Hernández, quien fue acogido por el municipio en 1980, marcó el inicio de una tradición de apoyo a los artistas que aún perdura. Desde entonces, Villanueva del Rosario se ha convertido en un lugar de refugio y creación para numerosos creadores. El mural se divide en tres escenas que narran un viaje simbólico desde el inframundo hasta la acogida en Villanueva del Rosario: Inframundo, el paso de la laguna Estigia y la llegada al municipio
En la primera sección representa el lugar de partida del artista, un espacio opresivo y hostil que le rechaza, forzándolo a buscar un destino mejor. Mister Kaikus construye esta escena en torno a la figura de Cancerbero y un pórtico arquitectónico flanqueado por cipreses. Estos árboles, conocidos por simbolizar la conexión entre el cielo y la tierra, refuerzan la idea de una transición entre lo vivo y lo muerto. El inframundo es, además, un collage visual inspirado en grabados y dibujos de José Hernández, cuyas obras abordan temas de lo monstruoso y lo aberrante. Entre las referencias utilizadas por Kaikus se encuentran las piezas Histórica (2001), Punta Sur (1998), El Aullido II (2003) y Perro Ralla La Noche (2002).
En la escena central, se representa el viaje del artista hacia un nuevo horizonte. Caronte aparece como guía, transportando al artista en una barca que no navega sobre agua, sino sobre tierra seca, creando un surco que simboliza la lucha por encontrar un camino propio. La laguna, que en la mitología separa a los vivos de los muertos, se muestra aquí agotada, como una barrera que puede ser atravesada con esfuerzo. El destino es Villanueva del Rosario, lugar de acogida y renacimiento.
El mural culmina con una representación simbólica del pueblo, mostrado como un lugar de refugio para los artistas. Esta idea se plasma en la imagen de la portada de la ermita de la Virgen del Rosario, un emblema arquitectónico del municipio que simboliza la bienvenida, la civilización y el paraíso terrenal.
Al igual que Villanueva del Rosario ofreció un espacio de creación y crecimiento a José Hernández, la obra de Mister Kaikus refuerza la vocación del pueblo como un enclave artístico donde los creadores pueden hallar su inspiración y un hogar para sus proyectos. Esta tradición se ha mantenido viva durante décadas, consolidando al municipio como un referente en el ámbito cultural.
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