Miguel Conde: El primer jugador centenario del UMA Antequera

Su día a día comienza a las 8 de la mañana, «cuando me levanto y voy al trabajo». Lo hace en la administración del propio club deportivo. El desayuno es uno de sus momentos favoritos. «Es sagrado el pitufo con tortilla, otras veces con jamón, también con queso, o con aceite con tomate... Pero lo que nunca cambio es el café solo, doble, siempre oscurito y larguito».

A sus 29 años, Miguel Conde vive con su novia, «trabajamos los dos y nos repartimos las labores de casa y poder estar juntos lo máximo posible». Por las tardes, los entrenamientos son su eje. Y por las noches, «soy de los que cena tempranito, a las 9, y a las 11 estamos dormiditos, y más ahora con el frío».

El jugador malagueño no es de trasnochar y el fútbol-sala es su pasión. «Ponerme la camiseta me hace feliz, luego toca disfrutar en el campo. Mientras sonría, es buena señal y así intentaremos que sea por mucho tiempo». El baloncesto es también uno de los deportes que le gusta seguir tras el esférico en el 40x20. «Me gustaba ver al Unicaja en la Euroliga porque terminábamos a las ocho y luego iba a los partidos, que solían ser a las nueve menos cuarto. Pero ahora es un lío». Y confiesa que le gusta jugar cuando puede: «Yo es que tengo muñequita y se me da bien lanzar, pero cuando pueda, me gustaría jugar al tenis porque me gusta dar raquetazos».

A Miguel le llama la atención que le paren por Málaga. «Lima, del Unicaja, me saludó y me dio las gracias por lo que hacemos. Y Escassi, capitán del Málaga, nos felicitó y nos dijo que lo que hicimos fue impresionante. Ganar la Copa desde abajo es un reto que lo compartieron por nuestra forma de entender el deporte, así que te paren y que te lo digan la gente y deportistas de otros equipos es una satisfacción».

Ser padre en el futuro

Tiene un sobrino «que nos vuelve locos. Intentamos estar con él lo máximo que podemos en familia». Le planteamos al capitán del UMA si le gustaría ser padre. «¡Claro que sí, ya lo he hablado con mi novia alguna vez! Todo llegará. Me retiraría a gusto cuando venga con él al Argüelles, como hace Burrito. Supongo que sería el momento de decir 'esto se ha acabado'». Desde los 19 años vive en Málaga, ciudad a la que llegó para estudiar el grado de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, para seguir luego con un máster en gestión de Recursos Humanos y ahora hace el de Relaciones Laborales.

Miguel se siente joven, pero ya han pasado diez temporadas con el UMA Antequera y echa la vista atrás. «En 2012 empecé aquí, tras jugar entre mi pueblo y Marbella. Y tras jugar en Noia, no era consciente de que cumplí cien partidos en Primera y debo estar en el 'top' ten de los que más han jugado con esta camiseta». Tras Tete, Crispi, Da Silva... Ahora se marcha nuevos objetivos: «El siguiente son los 150, a los que si llego es porque nos ha ido bien esta temporada y seguimos la siguiente. Pero ya puestos, ¿por qué no llegar a los 200». Aunque para el equipo tiene que mantenerse en Primera. «En ello estamos, compitiendo a un nivel muy alto. Hemos ganado a dos grandes y perdido por la mínima ante el Barcelona. Esto pinta bien, pero ya sabemos que se puede perder y luego, al final, lo que cuentan son los puntos y dónde terminas».

Es la cuarta temporada y es inevitable la comparación con las tres anteriores: «Ha cambiado la mentalidad y haber ganado la Copa del Rey nos ha dado una seguridad y confianza increíble. Puede pasar cualquier cosa, sí, pero ya no tenemos esa falta de concentración».

Y entre la Liga y Copa del Rey, la Supercopa. «Somos el actual campeón de Copa y tenemos que llegar lo más lejos posible. Tete nos dijo que, al ser campeones, no se puede tirar la Copa y así lo hicimos con el Benavente. Ahora en breve se tendrá que saber dónde se juega la Supercopa; si es en Antequera, mejor. Tendríamos un pasito más cerca poder conseguirla. El Argüelles reventaría y nos ayudaría y como dijimos antes de la Copa, ¿por qué no?».

Miguel confía plenamente en el equipo y sabe que si sigue el nivel actual muchos equipos se fijarán en ellos. «Ya tenemos un internacional absoluto, Pablo Ramírez, así como jugadores consagrados. Obviamente el nivel ha subido y está claro que este verano, si seguimos en esta línea, más de uno o dos tendrán ofertas». Pero él lo tiene claro: «Yo tengo amor eterno con el UMA. Es mi casa y estoy muy contento». Así es el capitán del BeSoccer UMA Antequera, quien con su sonrisa ameniza la salida de vestuarios cada jornada.