Marta Burgos, una alhaurina en el ejército de los Estados Unidos
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Carolina del Norte ·
Dejó su localidad natal por amor y desde hace dos años trabaja en la base Fort Liberty, una de las más grandes del mundo, donde vive con su familiaAlba Tenza
Domingo, 12 de noviembre 2023, 23:43
El amor la llevó a cumplir un sueño que tenía bien guardado en su memoria. Cuando veía la película 'La teniente O'Neil' algo se movía en su interior, lo que no se podía imaginar es que a sus 35 años entraría en los entresijos ... del ejército estadounidense. Sin guion ni escaletas, nada estaba preparado. Marta Burgos dejó atrás Alhaurín el Grande, la localidad que le vio crecer, por un motivo que nada tenía que ver con lo militar. «Me enamoré del que ahora es mi marido, que tocaba en grupos de raperos españoles, y cuando me enteré que vivía en Rota fui a conocerle, nos enamoramos y allí vivimos durante nueve años», recuerda Burgos, ahora desde Fort Liberty, en Carolina del Norte, una de las bases militares más grandes del mundo donde conviven todas las fuerzas especiales: 'Air Force', 'Navy', 'Army', entre otras.
Durante sus años en Rota, trabajaba con su marido en una heladería que había dentro de la base militar. El hecho de conocer a tantas personas del ejército y establecer lazos con muchas de ellas, algo le hizo 'click' en su cabeza. «Mi círculo estaba formado por militares de todas las categorías, me di cuenta de la de beneficios que tenían, a nivel personal, sanitario o de formación, y pensé: '¿Cómo sería conseguir ser militar en los Estados Unidos?'». Una cuestión que sería la línea de salida de todo lo que vendría después.
En 2017 Burgos y su familia, ya con su hijo mayor con seis años, decidieron poner rumbo hacia Miami. Allí comenzó el proceso para conseguir su 'green card', que es sinónimo de residencia permanente. Ese era el primer requisito para optar a formar parte del ejército estadounidense. Tras dos años y tener su segundo hijo, fue en busca de un reclutador de la 'Air Force' (Fuerzas Aéreas) para darle sentido a la meta por la que habían cambiado el rumbo de su vida.
«La preparación previa fue dura, me levantaba cada día a las 5.00 horas de la mañana para ir al gimnasio, y por las tardes corría cinco kilómetros, tenía que ser la que estuviera más en forma para conseguir entrar», explica Burgos. La mayoría de las personas que optan a entrar al ejército estadounidense tienen una edad media de 18 años, por lo que ella veía en sus 35 años un impedimento para lograrlo, sin embargo, fue la alhaurina quien logró la mayor calificación en las pruebas físicas para entrar en la base militar.
Marta Burgos
Militar en Estados Unidos
«Estuve dos meses en Texas haciendo la instrucción militar, cada día sonaban las sirenas a las 5.00 horas de la mañana y a los pocos minutos ya estábamos entrenando, estuve incomunicada durante esos dos meses, me perdí los primeros pasos de mi hijo pequeño», recuerda. Una vez superadas las pruebas, el siguiente paso fue ir a las escuelas de trabajo de Missisipi, donde se especializó en Finanzas, departamento en el que trabaja actualmente desde agosto de 2021.
«Málaga siempre estará ahí, yo quiero aprovechar esta oportunidad y dársela a mis hijos para que conozcan el mundo», cuenta Burgos. Su familia y ella viven en la base militar, antes llamada Fort Bragg, «considerada el centro del universo», añade. En el interior de la base hay colegios, guarderías, barracas para aquellos que no están casados, y barriadas residenciales para aquellos que sí lo están. «Aquí los militares están muy bien vistos, les pagan el alquiler, el agua y la luz», explica.
El día a día de la alhaurina en la base militar estadounidense es rutinario. «Yo entro a trabajar cada día a las 8.00 horas y termino a las 16.30 horas, me encargo de ayudar a pagar todo lo que se refiere a los clientes, si necesitan a alguien que lleve efectivo en una misión especial...». Ahora, comienza una nueva etapa en el mismo departamento, ya que se encargará de gestionar los presupuestos del Gobierno de EE.UU.
Normalmente, una persona que lleva alrededor de cinco años en la base militar de Fort Liberty, ha logrado obtener diversos reconocimientos. «Hay personas que llevan aquí cinco años haciendo las cosas bien y tienen tres monedas, que son la forma de reconocer las buenas acciones de los militares, Marta lleva aquí dos años y ya tiene más de 10 monedas», cuenta su marido, Adam James. Él, que es medio americano-sevillano, admira a su mujer por muchas razones, entre ellas, por todo lo que ha logrado. «A mi mujer la conocen por su personalidad, además de que hace súper bien su trabajo, ella es como si Lola Flores se metiera en la Air Force», relata, ente risas, James. La primera moneda que recibió la alhaurina fue por una fiesta internacional, que organizó en el interior de la base para dar a conocer las diferentes culturas que allí conviven.
Adam James
Marido de Marta Burgos
A pesar de que echa de menos a su familia y, sobre todo, la comida española, Burgos quiere continuar su carrera militar al otro lado del charco. «Para mí ser una mujer militar en este mundo dominado por hombres tiene mucho mérito», considera ella misma. Entre sus metas próximas, ella y su familia tienen un objetivo claro: conseguir trasladarse a otra base en Japón, Hawái o donde la vida les lleve..
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