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María José Sánchez, historiadora del arte, lleva casi dos décadas al frente del Museo de Álora, su pueblo natal. «Es un lugar muy vivo y con muchas tradiciones, siempre hay mucho movimiento», asegura Sánchez, que reivindica el gran potencial turístico del municipio. «Álora ... es muy desconocida para el visitante. Cuando vienen se van asombrados de todo lo que ofrece le pueblo».
Para la historiadora, los lugares más reseñables son el Castillo y la zona del casco histórico, el barrio musulmán, la plaza baja y el teatro. «La arquitectura tradicional se rompe con el estilo de algunos edificios modernos como el teatro. Me gustan esos contrastes», explica, y añade un último punto a su ruta: el Caminito del Rey. «Me sigue causando el mismo efecto siempre que voy, esa roca inclinada corta la respiración».
La oferta turística se completa con el ambiente festivo de la Semana Santa o el día de las Sopas Perotas. «En Álora tenemos mucha pasión con los eventos, siempre que hay algún acto los vecinos se vuelcan. Son tradiciones que forman parte de la idiosincrasia del pueblo», cuenta.
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