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Alba Tenza
Sábado, 24 de junio 2023, 00:32
En el suelo se proyectan las sombras de cada una de las formas que componen la gran tela. En la memoria de quienes pasean por el pueblo viajan los recuerdos de sus madres o abuelas haciendo ganchillo. Eso es lo que sucede en la calle ... Capitán Velasco de Humilladero, que tiene un aspecto diferente, y no solo por estar en plena feria. Un toldo de 200 metros con 1.600 mandalas de ganchillo se ha convertido en aquello donde todas las miradas aterrizan inevitablemente. 40 mujeres de la asociación Labores Creativas, junto a 20 vecinas del pueblo, han tejido el gran toldo—además de para embellecer su pueblo—para combatir el calor que ya notan en el municipio de la comarca antequerana.
«Es como si tuvieras el negativo de lo que estás viendo arriba», confiesa Manoli Rodríguez, presidenta de la Asociación Labores Creativas, al observar la sombra de los mandalas en la calzada. En los mandalas que han tejido las mujeres no se encuentra ninguno igual a otro e incluso se diferencian 'emojis' con diferentes tipos de humor entre ellos. «Aún recuerdo cuando hace siete años nos juntamos unas pocas amigas y tomamos la decisión de hacer esta asociación», reconoce Rodríguez.
Para entonces, el lugar donde creaban dependía de quién pusiera su casa ese día. Ahora son más de 40 mujeres las que conforman la entidad y afirman que necesitan un local más grande que el que tienen. Cada tarde se reúnen y siguen tres pasos: Charlar, merendar y crear. Esa es su forma de recuperar un arte que, según comentan, cada vez tiene más peligro de extinción. «Yo tengo 59 años, en mi época se trabajaba mucho pero siempre te animaban a aprender un oficio, eso no ocurre con las nuevas generaciones y hay cosas que no se deberían perder», confiesa la presidenta.
Para Rodríguez, esta asociación es sinónimo de renacer: «Me siento realizada y me acuerdo mucho de mi madre porque siempre estaba cosiendo con muchas vecinas y muchas señoras venían a probarse. Ahora estamos allí como cuando estaba mi madre en su casa cosiendo», recuerda con cariño la presidenta. Durante sus encuentros, siempre aprenden algo. En la asociación se consideran autodidactas. «Hemos enseñado a muchas señoras que vienen pero toda la que entra nueva aporta algo», comenta. Las integrantes de la asociación tienen cuatro citas aseguradas cada año con los más pequeños y con las mujeres del pueblo. «Los niños cada vez que me ven en el colegio donde trabajo me preguntan cuándo vamos a hacer más manualidades», relata Rodríguez. En estos encuentros con los más pequeños, son más de 80 niños los que se reúnen junto a sus padres.
Manualidades con gomas de eva, muñecos de nieve rellenos con arroz, jarrones, macetas con lunares para la feria o incluso talegas, son algunas de las creaciones que las mujeres de la asociación han llevado a cabo en estos años. Varias tejas con más de 300 años también fueron decoradas ellas. «Mientras más talleres hacemos más gente se apunta», asegura Rodríguez. En nombre de la asociación, agradece al Ayuntamiento todo el apoyo recibido para hacer posible que puedan seguir creciendo y a la ex concejala Juana Ruiz por todo el trabajo empleado estos últimos años.
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