Secciones
Servicios
Destacamos
Alba Tenza
Domingo, 25 de junio 2023, 00:01
Equilibristas sobre pelotas gigantes que giran hacia delante. En grandes carpas o en mitad de la calle. Bolas que saltan de mano en mano o zancos que permiten ver la vida desde las alturas. Las filas circulares de asientos del circo son una puerta abierta ... a la imaginación, el entretenimiento o la fantasía. Es lo que han podido comprobar estos días los vecinos de Pizarra, que desde el jueves alberga la quinta edición del Festival de Circo Joven, un encuentro a nivel nacional que reúne a 160 participantes de 40 escuelas repartidas en 13 comunidades.
«El mayor espectáculo del mundo», se escuchó decir en diferentes ocasiones mientras se preparaban para llevar el equilibrio, los malabares o la magia de paseo por las calles de la localidad. Una forma de vida conocida históricamente. Un arte que embruja en un encuentro desarrollado por las escuelas de circo que componen la Federación Española de Escuelas de Circo Socioeducativo (Feecse), que han organizado este evento en colaboración con la Carpa de las Estrellas, el espacio que acoge esta edición.
Los profesionales del circo presentes en las jornadas aseguran que la formación y la educación son esenciales para poder dedicarse a este arte. El presidente de la federación, Javier Amigo, destaca que, a través del arte, la cultura y el circo encuentran una gran herramienta de integración, crecimiento personal, social y educativo: «Conseguimos generar criterio en las personas a la hora de consumir y utilizar la cultura y el arte, lo cual es muy importante en esta sociedad». En estos últimos 10 años han conseguido que en Feecse sean 40 centros de formación de toda España, además de trabajar con la Federación Europea de Escuelas de Circo Joven, lo les ha servio para avalar esta federación con el sello europeo.
Hay experiencias que comparten muchos de los participantes de esta edición, independientemente de la edad que tengan. El presidente de la Asociación Málaga Escuela de Circo y fundador de la Carpa de las Estrellas, Antonio Ramírez, relata una de ellas. Con 16 años no tenía claro qué camino iba a escoger. La jardinería o la peluquería eran sus dos opciones, hasta que un día cualquiera llegó esa señal que encaminó su vida hasta el momento en el que ahora se encuentra. «Me encontré con un chico montado en un monociclo por la calle y ahí empezó a rodar todo», confiesa, mientras observa el techo rojo y blanco de la carpa.
Madrid, Torrelavega, Barcelona, Badajoz, Jimena de la Frontera, Córdoba, Palma de Mallorca, Valladolid, Cádiz, Sevilla, Murcia, Menorca, Zaragoza, Gran Canaria y Málaga son las ciudades origen de los 160 participantes de esta quinta edición que vienen de 20 escuelas diferentes.
Desde la Escuela de circo de Valladolid, Rafael López, uno de los profesores de esta edición, apunta que el circo «está ahora más presente» que cuando empezó en los años 90 y solo había lugar para los payasos. Este profesional observa a los alumnos mientras se pintan las caras unos a otros y ante tal inocencia, sugiere cómo «son personas muy jóvenes que aún están despertando». Junto a él, Elena Umlauff, profesora de la Escuela Malabaracirco de Torrelavega, sonríe al verse reflejada en los alumnos y se ve a ella misma cuando empezó con 19 años a ser malabarista. «Es emocionante ver cómo todos los días comparten la vida amigable y saludable a través del circo», reconoce Umlauff.
Los participantes de entre 12 y 26 años que viven esta experiencia coinciden en que este encuentro es una oportunidad para conocer a personas con las que compartir experiencias que recordarán siempre. Cada día, se despiertan en el pabellón deportivo municipal, desayunan y comienzan con los talleres y dinámicas de intercambio. Entre las actividades programadas, un pasacalles por las calles de Pizarra hizo que muchos vecinos saliesen para aplaudir y compartir sonrisas cómplices con los participantes. A la joven Dafne Corbelle (11), alumna de La Escuela La Cajonera de Málaga, siempre le ha encantado el deporte, pero no uno cualquiera: «Antes era animadora, pero tenía ganas de probar algo más atrevido y por eso decidí unirme al circo».
Entre los jóvenes que viven con ilusión estos días en Pizarra, Sara y Alicia Díaz, dos hermanas gemelas de 12 años, que vienen desde la Escuela Nave Inquieta de Sevilla, confiesan que sus padres decidieron apuntarlas al circo porque desde pequeñas eran «como dos cabras montesas». Su compañero de escuela Miguel Gago, de 14 años, se ríe al escucharlas y relata sus principios en el mundo del circo. «Con cinco años vi a alguien haciendo malabares en la tele, empecé a tirar tres naranjas y a partir de ahí empezó todo», señala el joven malabarista.
Desde Feecse y la Carpa de las Estrellas aseguran que todo esto no sería posible sin la ayuda y colaboración del Ayuntamiento de Pizarra, la Diputación de Málaga y el Ministerio de Cultura y Deporte. El final de esta edición está marcado por la celebración de dos galas—esta noche será la última—en las que los participantes de cada escuela realizan un número. Ambas galas se incluyen en la programación del Festival de Teatro y Circo de la Diputación de Málaga Cirkorama.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.