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José Rodríguez Cámara
Rincón de la Victoria
Sábado, 3 de febrero 2024, 00:19
El perro se llama Loki, como el hermano del dios Thor, no por su relación con la mitología nórdica, si no porque los niños de su casa, que es la misma que la de su cuidador, el agente David Bravo, de la Policía Local de ... Rincón, lo bautizaron así por aquello de la afición al universo de Marvel Comic. Eso sí, tampoco se puede decir que Loki sea un can como otro cualquiera, es un policía en toda regla, uniformado, con su chaleco con el distintivo UCAN (Unidad Canina), y que tiene los mismos turnos que su «compañero» en el Cuerpo, sea de día, sea de noche.
Verlo en acción es un espectáculo. En la Huerta de San Julián, hay un grupo que ha escondido droga en un coche, Loki llega en su patrulla, se baja de su compartimento, cruza mirada con Bravo y, sin mediar ladrido, se pone en marcha. Olisquea en mitad de una amplia zona verde, en la que hay familias y operarios municipales en plena faena, gente que va y viene, hasta un periodista, es decir, todo tipo de estímulos; pero, sin dudar, se aposta en la parte trasera del vehículo y, hocico firme, tieso como un palo señala el lugar dónde está oculta la droga.
Le queda todavía faena, más difícil. Esta vez, tiene que localizar un paquete, también con algo que no se debe consumir, disimulado entre unos olorosos arbustos y, además, con el viento en contra. Le cuesta un poco más, pero, tras varios rodeos, lo logra. Aún hay más, antes de regresar a la Jefatura, un individuo se ha guardado una sustancia estupefaciente en sus partes pudendas, por fortuna, Loki, que pesca la treta enseguida, solo ladra y apunta hacía dónde está «el premio».
No son trabajos reales, es una demostración, en la que participan agentes de Policía Local como figurantes, pero el perro no lo sabe. «Loki es capaz de localizar hachís, marihuana, cocaína o sustancias sintéticas», explica el policía local Bravo. «El entrenamiento siempre se ha hecho con compuestos especiales, que se asemejan a los verdaderos, con los que se les va estableciendo un vínculo. La recompensa es poder jugar», aclara el agente. De este modo, Loki ha ayudado a levantar, desde 2020, cuando se puso en marcha su unidad, más de 700 actas de infracciones por posesión de estupefacientes, 250, el año pasado. Bravo siempre ha sido un apasionado del mundo canino y está más que formado, con un gran catálogo de títulos como adiestrador, como el concedido por la Universidad de Cádiz, así que, impulsó este grupo. «Loki ha llegado a localizar droga sobre unas palmeras, en un macrobotellón», aclara. Al terminar su jornada, este pastor alemán línea de trabajo, se va a su hogar y, entre otras cosas, pasea con los más pequeños de la casa, que lo adoran.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Manuel García, asegura que el Ayuntamiento está encantado con Loki, « y su labor esencial para la ciudad». «La prevención ante la droga es fundamental y, de hecho, queremos incrementar esta unidad, una de las pocas de Málaga, con nuevos recursos», anuncia.
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