La línea roja de la 'carretera de la muerte'. Ñito Salas

La línea roja de la A-355 se convierte en un referente nacional en seguridad vial

La medida de la Junta de Andalucía, aplicada en la 'carretera de la muerte', ya ha sido replicada en otras regiones, mientras que la DGT estudia su extensión en diferentes zonas

Julio J. Portabales

Jueves, 10 de octubre 2024, 00:17

La carretera A-355, que conecta Coín con Marbella, ha sido escenario de numerosos accidentes, con 10 muertes en 2023. Para combatir este problema, la ... Junta de Andalucía implementó una medida pionera: una franja roja en el centro de la vía, reforzando la prohibición de adelantar. Esta iniciativa ha sido efectiva, disminuyendo significativamente la siniestralidad de una carretera conocida por su peligrosidad.

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La franja roja, de unos 30 centímetros de ancho, es más que una marca vial común. Su color llamativo, combinado con marcas sonoras, genera un impacto visual y auditivo que advierte a los conductores sobre el riesgo de invadir el carril contrario. Esta intervención forma parte de un conjunto de acciones, que incluyen la instalación de radares pedagógicos, nuevas señales, repintado reflectante y la posible ampliación de la calzada en ciertos tramos.

Desde su implementación, la franja roja ha mostrado resultados positivos, con una notable reducción en la tasa de accidentes graves. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), este tipo de medidas en carreteras secundarias puede reducir la accidentalidad hasta en un 30%. Esta intervención, de bajo coste y rápida ejecución, ha sido clave para abordar un problema persistente en la A-355.

El éxito de esta medida en la A-355 ha llamado la atención de otras comunidades autónomas, que la ven como un modelo replicable. Asturias, por ejemplo, adoptó esta solución en el Corredor del Nalón (AS-117), una vía con un historial de accidentes fatales. Allí, la franja roja se combina con un límite de velocidad reducido y radares, buscando disminuir el riesgo de adelantamientos peligrosos.

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La DGT ha considerado la experiencia de la A-355 como un caso de estudio para expandir el uso de las franjas rojas a otras carreteras con alta siniestralidad en España. Esto se enmarca dentro de la Estrategia de Seguridad Vial 2030, que tiene como objetivo reducir a la mitad los accidentes mortales para finales de la década. La franja roja es vista como una herramienta estratégica para mejorar la seguridad en carreteras secundarias, donde ocurren el 74% de los accidentes mortales debido, en parte, a adelantamientos imprudentes.

Soluciones rápidas y efectivas

En 2023, más de 1.145 personas perdieron la vida en las carreteras españolas, lo que ha llevado a las autoridades a buscar soluciones rápidas y efectivas para frenar esta tendencia. La franja roja, junto con la instalación de radares y la mejora de la señalización, forma parte de un plan integral para mejorar la seguridad vial a nivel nacional.

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El impacto positivo de la línea roja ha llevado a la DGT a estudiar su expansión a otras zonas, como Madrid, donde el índice de siniestralidad sigue siendo elevado. La intervención busca replicar los buenos resultados observados en Málaga y Asturias, mediante la mejora de la señalización y el uso de radares pedagógicos para concienciar a los conductores sobre la importancia de respetar las normas de tráfico.

La franja roja ha demostrado ser eficaz no solo para reducir la velocidad, sino también para disuadir adelantamientos peligrosos. Según la DGT, esta señalización genera un efecto psicológico que lleva a los conductores a ser más cautelosos. La experiencia de la A-355 ha sido tan positiva que la DGT ha comenzado a explorar su aplicación en otras comunidades con carreteras de alta siniestralidad, usando el caso de Málaga como referencia.

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La A-355, antes asociada con tragedias, está demostrando que, con medidas adecuadas, es posible reducir significativamente los accidentes. Andalucía ha dado el primer paso con esta iniciativa, y su éxito ha sido un referente para otras comunidades y futuras estrategias de seguridad vial en España. La combinación de la franja roja, radares y mejoras en la señalización forma parte de un enfoque integral que busca convertir las carreteras peligrosas en vías más seguras para todos.

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