Un libro recupera la «cruda realidad» que vivían los campesinos de Alozaina en el siglo XX

Su nuevo libro 'Los caminos del hambre', editado por Ediciones del Genal, ya está en las estanterías de las librerías para contar a través de un minucioso relato histórico las graves circunstancias que obligaron a miles de campesinos a manifestarse y protestar en múltiples ocasiones en una búsqueda desesperada de ayuda para sobrevivir. Esta historia llegó a la mente del investigador como suelen llegar todas las que ha escrito hasta la fecha: producto de su curiosidad y pasión por la historia. «Cada vez que hago un trabajo de investigación, me voy encontrando con cosas muy interesantes que, si no encajan en el proyecto actual, prefiero reservar y archivar para futuras investigaciones. Eso fue lo que ocurrió con la historia de Alozaina: descubrí un relato cautivador que decidí guardar hasta poder dedicarle la atención que merecía», comenta el autor.

En el propio argumento del libro, Alba relata cómo en la época convulsa sobre la que ha escrito en esta ocasión, las familias pudientes del pueblo no vieron con buenos ojos la llegada de un nuevo alcalde, contrario a sus intereses, lo que desencadenó un precipitado complot para asesinarlo, resultando muerta una mujer, conocida como «La Arbolá», tragedia en la que sobrevoló la figura del cura. Durante una de sus investigaciones en archivos municipales, el escritor descubrió esta historia desconocida, revelando el caciquismo de principios del siglo XX, cuando los señores casi feudales ejercían un poder absoluto en las comunidades rurales.

«Con las elecciones municipales y la elección de un alcalde distinto al patrocinado por las familias, las más pudientes del pueblo urdieron un plan para asesinarlo. Este complot no estaba motivado por ideologías políticas como el color rojo, verde o amarillo; todos eran monárquicos, liberales y conservadores. En definitiva, se trata de unos hechos que también incluyen un juicio y otras historias que voy desgranando a través del análisis del caciquismo en los pueblos, lo que da sentido al título del libro», afirma Alba, recordando que antiguamente la gente de municipios como Alozaina iban a Málaga capital en burro para protestar tanto por morir de hambre como para pedir que se hicieran carreteras u otras obras públicas.

«La historia la relato sin centrarme en el cura ni en la iglesia, aunque su influencia en este periodo histórico fue muy significativa. Abordo todo desde una perspectiva social, destacando a los protagonistas y los acontecimientos que son completamente históricos», explica Alba. Si bien el trabajo del investigador es de reconocido prestigio por algunas obras anteriores como 'S. S. Heliópolis. La primera emigración de andaluces a Hawái (1907)', publicado en 2016, y 'La Odisea del buque Orteric', en 2021, también lo es porque todo lo que escribe es «pura historia», como él mismo lo define. Dejando la tendencia política a un lado, al escritor no le falta más que horas entre archivos para escribir sus libros en formato ensayo.

«Siempre trabajo en todos los archivos que hay, durante esta investigación he llegado a encontrar información en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, me gusta quedarme con toda la información que puedo, son temas con muy poca bibliografía que hay que trabajar mucho, pero eso es lo que más me gusta», reconoce Alba, que define su trabajo como una manera de abrir una puerta más a la historia para que después haya personas que puedan seguir trabajando en ello, centrándose siempre en contar historias desconocidas, en lugar de en las ventas.

A la publicación de este nuevo libro se suma un hito en la carrera del investigador, quien ha sido nombrado cronista oficial de la Villa de Rincón de la Victoria, lo que significa que será el encargado de recopilar la historia del municipio y todos aquellos hechos que deben ser recopilados. De hecho, desde 2018, tras el fallecimiento de Antonio de Hilaria, la localidad no cuenta con esta figura, que ahora viene a desempeñar Alba, quien siempre ha tenido un papel fundamental para preservar la historia del Rincón de la Victoria. «Estoy muy agradecido y lo que más me gusta es que la idea nació de la Alcaldía y fue votada por unanimidad», asegura el malagueño.