Era conocido en el pueblo como el «bizco Chamizo», y su nombre suena familiar porque es uno de los protagonistas de aquella historia olvidada que le llevó a combatir a lugares lejanos, a pesar de que lo suyo era el campo. Juan Chamizo nació en ... 1876 en Valle de Abdalajís, donde pensaba pasar el esto de su vida, sin embargo, en 1897 se vio obligado a alistarse en la campaña de Filipinas al tomar esta un giro favorable para las armas españolas, sin él saber ni siquiera firmar por su analfabetismo. Tras un periodo de apenas un año en Manila y la falta de pesetas necesarias para evitar su reclutamiento–un total de 1.500–solo le quedaba el ejército, por lo que se trasladó a la localidad de Baler donde había una comandancia político-militar española, donde todo empezó, tal y como desarrolla el doctor en Historia, Juan Antonio Martín, en un estudio sobre Chamizo, identificándolo como «héroe de Baler».
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Lo que no imaginó el vallestero es que se convertiría en uno de los últimos supervivientes de Filipinas, pues resistió junto a medio centenar de hombres un asedio de 337 días en el interior de una iglesia, mientras enfrente, más de mil soldados filipinos luchaban por la independencia de las colonias españolas. El vecino de Valle de Abdalajís sobrevivió junto a una treintena de compañeros, siendo repatriado a Málaga, donde finalmente murió de cáncer en la calle Viso de la capital. El Ayuntamiento de la localidad, con el fin de honrar su memoria y recordar quién fue, ha organizado una serie de actividades culturales bajo la marca que lleva el nombre del vecino para institucionalizar su figura.
«Repatriado, pues, con 23 años, junto con el resto del destacamento llega a Barcelona el viernes 1 de septiembre de 1899, donde fueron recibidos sin excesivo interés en el puerto por poco más de un centenar de curiosos y enfermeros junto a algunos periodistas, dirigiéndose después a la capitanía general en cuyo patio fueron fotografiados y donde el general Despujol los recibió calurosamente», relata Martín en su estudio dedicado al héroe de Valle de Abdalajís. Chamizo regresó al Valle, sin embargo, según le consta al doctor en Historia, fue en 1901 cuando solicitó que le fuese enviada la licencia absoluta a la capital malagueña donde residía.
Finalmente, el vecino del valle falleció su casa malagueña el día 11 de enero de 1928 a las a causa de un cáncer de píloro, según consta en su certificado de defunción, en el que se ve cómo su apellido es García, y no Lucas, como aparece de forma errónea en las calles del municipio y la capital que llevan su nombre. Los restos de Chamizo fueron enterrado en una zanja del patio de San Francisco en el Cementerio de San Rafael de la capital por la beneficencia municipal.
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Para Martín, Chamizo ha sido un personaje olvidado a pesar de su heroísmo, tal vez por haber participado en una guerra perdida. «Hemos podido comprobar cómo su figura se ha ido diluyendo con el paso del tiempo hasta el punto de poder consignar un buen número de errores en su biografía, algo que en gran medida está motivado por los datos reflejados en su expediente militar y que han podido ser subsanados consultando sus partidas de nacimiento y defunción», sostiene.
La Guerra de Filipinas llegará a las aulas de los alumnos del Colegio Público Nescania, quienes recibirán una camiseta con la marca 'Juan Chamizo' y podrán conocer el sitio de Baler y la historia de su vecino. Además, la biblioteca del centro y la municipal se enriquecerá con los libros 'Los últimos de Filipinas, el manuscrito del Franciscano Minaya', de Juan Antonio Martín, y 'El sitio de Baler, la heroica gesta de los últimos de Filipinas', de Miguel Ángel López.
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El 23 de abril, Día del Libro, la Plaza San Lorenzo del pueblo acogerá una lectura pública de 'Los últimos de Filipinas, el manuscrito del Franciscano Minaya', en la que participarán estudiantes junto a quienes deseen leer un párrafo, entre otras actividades. La programación finalizará el 1 de junio con la presentación de una placa conmemorativa en la Plaza San Lorenzo. El vicepresidente y diputado de Cultura, Manuel López Mestanza, ha recordado esta mañana en la presentación de la programación que el sitio de Baler ha sido trasladado a la literatura y al cine, además de ser objeto de las investigaciones de numerosos historiadores, señalando cómo muchos malagueños no saben que hubo un malagueño entre 'los últimos de Filipinas'. Por esa razón, ha incidido en la importancia de iniciativas como esta «para difundir la historia de la provincia y la labor de los malagueños que han destacado más allá de las fronteras».
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