Javier Pino, en Templo Arcano, en la avenida Juan Carlos I de Alhaurín de la Torre. J. R. C.
La Granizada

Javier Pino: «Si quieres conocer tu nivel espiritual, coge el coche y date una vuelta»

Este joven, que se autodefine como «raro» está al frente de Templo Arcano, un negocio de esoterismo en Alhaurín de la Torre, que atesora desde aceites y esencias, a piedras con poderes, péndulos o radiestesia; nada comparado, eso sí, con las lecturas de tarot, para las que tiene buena mano

José Rodríguez Cámara

Alhaurín de la Torre

Miércoles, 7 de agosto 2024, 00:05

Javier Pino Pedraza (Ceuta, 1994) está al frente de Templo Arcano, un negocio de esoterismo que abrió sus puertas, el pasado mes de abril, en ... la avenida Juan Carlos I, uno de los ejes principales de Alhaurín de la Torre. En la tienda se ofrecen desde aceites y esencias, a piedras con poderes, péndulos o radiestesia; nada comparado, eso sí, con las lecturas de tarot, para las que este joven tiene buena mano. Inquieto y autodefinido como «raro», con un gran don de gentes, aficionado al misterio, con dotes para comunicación, con formación universitaria en Historia del Arte y, desde hace unos años, budista. Conocer a Pino es toda una experiencia.

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–Pregunta obligada: ¿Cómo están los chakras?

–Los chakras están revueltos, nadie está bien, el mundo está caótico. Es imposible. El que considero mi maestro, Lama Rinchen, dice una cosa que me gusta mucho: 'Si quieres conocer tu nivel espiritual, coge el coche y date una vuelta'. Para poner la mente más clara te tienes que escapar de donde estés, para huir del ruido. Estamos es una bola de desenfreno y el coche pone a prueba tu paciencia. Saca lo peor de las personas, a veces hay gente que lo coge y se revuelca.

–¿Y qué se hace ante eso?

–Yo siempre intento que la gente encuentre su Buda, cada uno tenemos el nuestro. Te da una guía para ser más feliz. Lo mismo te lo encuentras en una peluquería que en la tienda del barrio de tu casa. No es una figurita para vender, es una forma de apartar el sufrimiento.

–Y lo de abrir una tienda esotérica en Alhaurín de la Torre, ¿Cómo fue?

–La idea de la tienda nace hace un año y seis meses aproximadamente. Le dije a mi hermano Luis y a mi cuñada Lidia que quería montar algo de tarot, son ya quince años los que llevo con esto y tenía ganas de un sitio donde poder hacerlo. Entonces Luis, que es la mente pensante, me explicó que, para que fuera rentable, lo primero que había que hacer era montar un negocio en internet y decidir sobre los resultados que obtuviéramos. Total, que, al final, la idea 'online' se nos ha convertido en un negocio físico que va muy bien.

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–Pero... ¿para qué sirve un sitio como este?

–Pues, además de que yo le pongo cara a la gente, creo que lo que hacemos aquí es ayudar, hacía falta un sitio como este en el pueblo; ha sido como un toque, hacía falta algo así, hace tiempo ya existió una tienda de este tipo, llamada el Oráculo.

–¿Por qué dice que hacía falta algo así?

–Creo que, la verdad, a la gente le ha sorprendido; primero, porque aquí encuentran muchos artículos que se buscaban fuera y ahora no te tienes que ir lejos para encontrarlos. Pero, sobre todo, es porque con el tarot somos guía de mucha gente. No es que me considere un guía espiritual, ni muchísimo menos, lo que ocurre es que, simplemente, muchas veces, necesitamos que alguien nos diga las cosas. Alguien que sea externo a nosotros, a nuestras vidas, eso es lo que hace que haya un clic.

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–¿Un clic?

–Es hacer que la gente vea la cosa de otro modo.

–Me dicen en su casa que el «raro» es usted, ¿cómo se ha organizado hasta sus 30 años con esta rareza?

–Siempre he tenido como mis dos lados, el espiritual, el más místico o mágico, se podría decir, y el más terrenal. Creo que en el equilibrio está el no perdernos en cosas extrañas. Si hay un lado espiritual, puedes desarrollarlo, todo el mundo puede hacerlo.

–¿Y cómo se lidia con esto?

–Es un proceso de autodescubrimiento absoluto en el que, aunque no te lo esperes, hay gente que se presenta en tu camino y que te ayuda, te aconseja… en definitiva, personas maravillosas, que te marcan.

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–Pero su contexto vital es el de un «niño de pueblo», que tiene que ir al colegio, hacer la primera comunión…, en fin, que si era usted raro…

–Estoy confirmado, también hice la primera comunión, como suelo decir, por los regalos, pero es cierto que bueno al final yo me crié en un contexto así; incluso, he estudiado en un colegio católico, pero no me considero cristiano. Me considero más budista, tanto por la filosofía como por la manera de entender la enseñanza del Buda, creo que un camino que encaja más conmigo sin más. Pero, sí, sí, el proceso anterior te lo comes (risas).

–¿Y cómo llegan las cartas del tarot?

–Con 15 años me compré mi primera baraja, me dije, 'voy a investigar un poco a ver qué es esto' y empecé a darme cuenta de cosas. No es tan importante las cartas, como lo que a mí se me despertaba cuando yo las usaba. Realmente da igual si haces cartas, si haces péndulo o bola de cristal, esas son las herramientas.

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–¿Alguna experiencia desagradable?

–Miedo nunca, pero sí he tenido que decirle a una persona sentada delante mía cosas que han hecho que se me formara un nudo en la garganta, por circunstancias complicadas, pero es lo que viene y surge. Lo hago y ya está.

–¿Qué tal la inauguración oficial de la tienda con el alcalde?

–Cuando abres un negocio en Alhaurín de la Torre, les dices al Ayuntamiento 'oye, que estoy aquí'; entonces, el alcalde, Joaquín Villanova, que tiene una agenda muy ocupada, con la concejala de Comercio también (María del Mar Martínez) decidió concertar una cita para visitarnos y darnos el obsequio de la réplica de la Torre en miniatura... pusimos unos tés, estuvimos charlando, para conocer el negocio, y le enseñé a tocar el cuenco tibetano, fue un rato muy agradable, estuvimos estupendamente. Fue toda una experiencia.

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