Un oasis de cactus en plena Sierra de las Nieves

El Jardín Botánico de Cactus alberga entre 2.200 y 2.400 especies, una cifra que varía en función de la meteorología. Estas plantas están adaptadas a vivir en lugares áridos de todo el mundo, y forman parte de una colección que comenzó de la mano de Joan Mora y Edwige Bravard, un matrimonio que decidió instalarse en el pueblo a mediados de los años 90. «Este espacio nació como una idea botánica para ofrecer otra manera de hacer las cosas en un contexto difícil por el consumo de agua y los problemas de sequía. Esta pareja comerciaba este tipo de plantas, y acabaron vendiendo parte de su colección al Ayuntamiento, que posteriormente creó este jardín», explica Muñoz, que destaca que tanto Mora como Bravard ayudaron al ajardinamiento de la parcela y al diseño de todos sus parterres.

El enclave se estructura en dos espacios: el xerojardín o jardín exterior y el invernadero, cuyas especies están divididas por zonas geográficas. Destaca una amplia representación de plantas oriundas del sur de África y Madagascar, así como de los desiertos del sur de Estados Unidos y México.

Por otra parte, cuenta con ejemplares de Sudamérica (Perú, Ecuador, Brasil, Chile y Argentina fundamentalmente), África tropical, Península Arábiga, India y Australia. No faltan las especies europeas y mediterráneas, junto a un espacio dedicado a las Islas Canarias.

En el caso del jardín exterior, el objetivo es mostrar las posibilidades y ventajas del uso en jardinería de las plantas xerófitas y las suculentas en particular, con un consumo de agua muy bajo. Esta zona convive con el invernadero de cristal en el que se encuentran tanto plantas procedentes de climas tropicales áridos, con requerimientos más estrictos, como otras especies para las cuales este cerramiento hace la función de estación de aclimatación.

Como explica la responsable del enclave, este jardín también incluye una zona de microsuculentas, plantas de pequeño porte que crecen en parterres especiales. «Son muy curiosas y raras, es una colección interesante». Entre ellas se encuentran los 'lithops' o 'plantas piedra', una especie proveniente del sur de África que se asemeja mucho a las piedras para camuflarse de posibles depredadores.

El Jardín Botánico de Casarabonela, gestionado por el Ayuntamiento, tiene un precio de tres euros por persona y está abierto de lunes a domingo en horario de 10.00 a 14.00 horas. Ofrece entrada gratuita para los menores de 12 años y los mayores de 80, y cuenta además con visitas guiadas en español e inglés que deben ser reservadas previamente.

Este enclave también acoge la Oficina de Turismo, donde se ofrece información completa y detallada de todos los recursos que ofrece el municipio y el Parque Nacional Sierra de las Nieves. Además, cuenta con un salón de actos y una tienda de souvenirs y un restaurante, que actualmente permanece cerrado por la finalización de la concesión. «Recibimos visitantes internacionales, muchos de ellos europeos. En algunos casos, vienen expresamente a conocer el jardín porque han oído hablar de él», indica la responsable.

La finca es además sede de la Feria del Cactus y Suculentas, una cita que ya se ha consolidado en el calendario de Casarabonela como parte de sus eventos anuales. Su objetivo es promocionar esta familia de plantas «de enorme interés» para la jardinería y para coleccionistas y amantes del reino vegetal, así como un punto de encuentro para sus aficionados. Esta fiesta, que se celebra a principios de octubre, cuenta ya con seis ediciones a sus espaldas, en las que se desarrollan actividades relacionadas con el sector, como exposiciones, visitas guiadas, talleres, presentaciones o conferencias.