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Seis años para investigar a fondo todos los secretos que esconde el Castillo de la Estrella de Teba. La Universidad de Granada (UGR) ha iniciado el Proyecto General de Investigación del Castillo de la Estrella, un plan financiado por el Ayuntamiento con 600.000 euros. ... Tras ganar el concurso de licitación, el grupo de investigación Prinma de la UGR ha comenzado las excavaciones arqueológicas y el estudio de materiales en la zona, con el objetivo de conocer la secuencia histórica del castillo y la evolución de su estructura urbana. «Lo que buscamos es conseguir una buena documentación científica que acompañe a la puesta en valor del castillo como espacio turístico», explica el arqueólogo Francisco Melero, director del proyecto junto a Alberto García.
El grupo de investigación Prinma pertenece al Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UGR y cuenta con cinco profesionales que se encargarán del estudio de las murallas, fauna, cerámica, arqueobotánica (semillas carbonizadas) y metales (monedas y herramientas) de todo el conjunto. Cada año se realizarán cuatro meses de excavaciones arqueológicas en primer lugar, seguido de otros cuatro meses de estudio de los materiales, en un laboratorio situado en dependencias municipales.
Así, este proyecto persigue dos claros objetivos, según explica Melero. Por un lado, se busca conocer en profundidad la secuencia histórica del castillo, desde su origen hasta su abandono. «Sabemos que tiene varios periodos históricos, se crea en época almohade y tiene una época nazarí hasta su conquista en 1330 por los castellanos. Bajo ocupación castellana, tiene dos momentos claramente distintos, un periodo como frontera en los siglos XIV y XV. A finales del XV se crea el condado de Teba, que da paso a un segundo periodo histórico de época cristiana hasta que a finales del siglo XVII se acaba abandonado definitivamente. Queremos abordar los cambios y conocer bien toda la fase histórica», apunta el arqueólogo.
Por otra parte, se estudiará la evolución de su estructura urbana y sus distintas fases. Melero explica que estos trabajos son «muy importantes», ya que se podrá conocer más a fondo las construcciones originales del castillo. «Dentro de la fortaleza hay dos elementos, el alcázar, que es la sede del poder y la villa o medina en época musulmana. Queremos saber cómo se hizo más grande el castillo, que ocupa unos 25.000 metros cuadrados de superficie. El momento de esplendor es la época castellana en el siglo XV, pero hay una huella musulmana escondida detrás de esos añadidos».
La hoja de ruta del proyecto de investigación recoge diferentes actuaciones durante sus seis años de duración. Los trabajos han comenzado en las dos entradas de la fortaleza, donde se están llevando a cabo sondeos arqueológicos. Los hallazgos más recientes son un suelo de guijarros de arenisca del siglo XVII y más de 600 bolas de plomo pertenecientes al relleno de un obús de la Guerra Civil, encontrados en la muralla del alcázar. «Estamos documentando el hueco, de unos dos metros de diámetro. Por lo que sabemos, no son resultado de un enfrentamiento fuerte, pudo ser un proyectil lanzado a modo de aviso cuando llegan las tropas rebeldes», explica el director de los trabajos.
El segundo año se dedicará al estudio del interior del alcázar, que tras ser alcazaba en época de frontera fue la casa palaciega del conde de Teba en el siglo XVI. «Encontramos yeserías renacentistas que decoraban el interior de las habitaciones. Haremos un estudio exhaustivo para recomponer la decoración». Seguidamente, durante el tercer año del proyecto, se accederá a la iglesia de la fortaleza, que es la iglesia cristiana bajomedieval más antigua de la provincia, según asegura Melero. «En los años 90 se excavó el interior de esta iglesia. Ahora queremos limpiarla y realizar más estudios».
El cuarto y el quinto año se dedicarán a la investigación de la villa: casas, calles, entramado urbano e interior de la fortaleza. Por último, el sexto año se planificará conforme a los hallazgos realizados hasta ese momento. «Nos centraremos en cosas que se hayan podido quedar atrás y susciten interés, como el sistema de abastecimiento de agua y sus pozos y aljibes, que son una parte importante de la estructura urbana del castillo», indica el director del proyecto.
El Castillo de la Estrella fue declarado Monumento de Interés Histórico y Artístico en el año 1931 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 1949. Además, se convirtió en el primer monumento malagueño en formar parte de la Red de Grandes Castillos y Palacios Turísticos de España, en 2020. Este enclave ha contado con varias intervenciones «puntuales», en 1986, 1991, 1993 y 2000, aunque ninguna tan extensa como la actual.
Este proyecto de investigación forma parte del plan director del Castillo de Teba, que ya en 2019 realizó un levantamiento topográfico y planimetría, además del registro de unidades estratigráficas de la zona y el inventariado de materiales. «Se detectaron muchos restos arqueológicos, son trabajos previos a este proyecto, enfocados a planificar los próximos seis años», explica Melero.
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