Desfiladero de los Gaitanes, antiguo hogar del quebrantahuesos. Sur

¿Qué fue de los huevos de El Chorro?

Científicos extranjeros expoliaron la mayoría de nidos del paraje durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX

Domingo, 25 de febrero 2018, 00:16

El entorno de El Chorro siempre ha tenido un valor natural excepcional. Lo saben los que siempre han vivido junto a sus cañones y desfiladeros, al igual que los que han estudiado su fauna y flora, con un gran interés en las aves que sobrevuelan las gargantas. A día de hoy, hay diferentes instituciones que se encargan de preservar y proteger dicha diversidad, pero hubo un tiempo en el que no era así, y los nidos de quebrantahuesos y otras especies era un bien preciado para los naturalistas extranjeros, sobre todo británicos, que consideraron el expolio como la única vía de conservación. Hoy, el Caminito del Rey está desierto de este emblemático ave, pero, ¿qué fue de los huevos de El Chorro?

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Para comprender lo ocurrido hay que remontarse al siglo XIX, época en la que numerosos ingleses como el soldado William Willoughby Cole Verner, decidieron estudiar los entornos naturales de diferentes países. Verner, en concreto, pasó gran parte de su vida en el sur de España, recabando información para sus numerosas obras, como ‘My life among wild birds in Spain’ (1905) –mi vida entre aves salvajes en España–. Esta fiebre conservacionista llevó a muchos británicos y de otras nacionalidades a expoliar ejemplares vivos y huevos, en muchos casos ayudados por expertos locales. No está documentado que esta acción de forma continuada durante décadas causara la desaparición de varias especies en El Chorro, aunque podría estar estrechamente relacionado.

Saturnino Moreno, jefe de la sección de programas ambientales de la Diputación recién jubilado, explica a SUR que existen referencias de numerosos huevos de quebrantahuesos expuestos en diferentes museos del mundo. «Hay constancia de trece», matiza. Del Desfiladero de los Gaitanes (Caminito del Rey) «hay un huevo en el Museo Alexandre Köening, de Alemania». De El Chorro hay otro en el mismo museo, recogido en enero de 1889.

Mantener la diversidad

En el Museo Nacional de Londres hay otro, cogido en la sierra de Cornicabra, a las espaldas de Mesas de Villaverde, en El Chorro. Moreno destaca el apoyo que la población local ofrecía a aquellos que querían llegar a los nidos, una relación sorprendente ya que los exploradores consideraban que la única forma de conservar las especies era alejándolas de la población local, a quienes no consideraban lo suficientemente capacitados para mantener la diversidad a salvo de la mano del hombre.

Esta paradoja ha hecho que, a día de hoy, el quebrantahuesos no se asome al Desfiladero de los Gaitanes (la última referencia de un ejemplar en la zona se remonta a 1921, de la mano del Duque de Medinaceli, aficionado cazador y que redactó numerosas memorias sobre sus vivencias). Probablemente, este ave solitario nunca regrese al que fue su hogar.

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