El hombre que quiere customizar Alhaurín de la Torre

Es, como explica, un trabajo de «urbanismo táctico», una forma de intervenir en viales o áreas comunes de los municipios, que normalmente son anodinas, y que busca «establecer un diálogo» con el entorno cotidiano. «Puede gustar o no gustar, pero lo que pretendo es que no sea gris», deja claro. De hecho, le consta, encantado, que su última obra también tiene sus detractores. Y es que ve la controversia con naturalidad y orgullo, por haber logrado el impacto que buscaba.

Para dejar su sello y lograr que la gente se pare a mirar, en las pistas en las que está centrado actualmente, hay señales de dirección, hitos con los puntos kilométricos, para que quien acuda a caminar o a hacer 'running' sepa cuánta distancia acumula; o los colores son distintos para cada tramo para, entre otras cosas, fundirlos con la vegetación o lograr que tengan un aire infantil, como ocurre en el espacio destinado a los niños y niñas y generar «calor de hogar». «Lo que queremos es que resulte un sitio familiar, en el que todo el mundo pueda sentirse cómodo», precisa.

«Son acciones que ya han tenido éxito en otras ciudades del mundo, en Asia o en Estados Unidos, y que, poco a poco, comienzan a llegar a España, más allá de los recintos deportivos», explica García.

De hecho, la inspiración para desarrollar su propuesta en Alhaurín de la Torre le llegó mientras estaba en Los Ángeles, durante una etapa profesional en California, en 2018. Desde allí, recuerda que telefoneó al que era concejal de Deportes, Prudencio Ruiz, para convencerlo de las posibilidades de este proyecto que quería desarrollar en el lugar que considera «casa». No en vano, sus orígenes familiares están en el corazón del municipio, cuando todavía no había terminado de experimentado la explosión demográfica que vive y se le podía considerar todavía «pueblo».

La llamada transoceánica le abrió las puertas para poner en marcha sus creaciones, «customizar», en sus palabras, edificios públicos como el pabellón Blas Infante o El Limón y algunas otras instalaciones deportivas. Esta colaboración, sostenida en el tiempo, también hizo posible la renovación de la pista de 'pump track', donde se puede disfrutar del ciclismo urbano con rampas y curvas, que luce una imagen rompedora, como de juguete, con colores vibrantes y motivos que aluden a la energía del deporte. «Es un lugar de referencia, hay gente que viene expresamente para probar», afirma.

Ampliar

La clave está en renovar el aspecto de los equipamientos, para huir del predominante, y poco amigo de la fantasía, asfalto e introducir, además materiales como resinas mineralizadas, a las que se les da un tratamiento específico para la práctica deportiva, lo que los convierte en más resistentes y cómodos.

«Es como una forma de reactivar la zona» reflexiona, de convertirla, insiste, en un punto que gusta fotografiar, lo que hace que los vecinos estén más pendientes de su cuidado, lo que incluye, también, que reclamen papeleras o bancos. «No termino cuando recojo los materiales y hago unas fotos para mi catálogo, lo hago cuando vuelvo a pasar y me dice alguien lo que le parece o que ha visto que hay más gente paseando», explica.

La firma de García, además de en Alhaurín de la Torre, está en otros muchos puntos de la provincia, como Marbella o Archidona, donde tuvo la oportunidad de explayarse en un silo; el colegio Reina Sofía de Antequera, con el cambio radical de una cancha de baloncesto, o el centro de Google, en la capital, además de en otros lugares de España, como Vigo o Granada. Entre sus planes, está un importante encargo, en Valencia, en uno de los puntos más afectados por la dana. «Es una pasada», resume García.