«No soy un héroe, solo un ciudadano que vio un robo y trató de impedirlo»

Las imágenes de las cámaras de seguridad de la tienda, que grabaron su actuación (el vídeo ha corrido como la pólvora por el pueblo, para orgullo de sus vecinos), dicen otra cosa. Eran las seis de la tarde del pasado domingo. «Vi a unos señores con un coche encarado hacia el escaparate y dándole golpes con mazas. Me salí de la carretera, me metí en el polígono y llamé al 062. Intenté parar un coche para que me ayudaran, pero siguió su camino. Así que tenía que hacer algo...», relata el ciudadano.

Como las patrullas iban a tardar unos minutos en llegar, decidió colocar su automóvil detrás del vehículo de los ladrones para bloquearlos. «Entonces, ellos vinieron a por mí con un mazo y yo salí del coche para defenderme. Cuando me vieron levantar la mano y que iba a ofrecer resistencia, optaron por marcharse», explica el vecino, que tiene 61 años y se mantiene en muy buena forma física: «Mis amigos dicen que aparento 40. Yo sigo haciendo mi deporte y mis cosas...».

Cuenta que la huida fue «a todo gas, como la película». Los ladrones se subieron a su coche y empezaron a empujar marcha atrás el vehículo del vecino, que lejos de amilanarse metió la mano en el turismo de los delincuentes y agarró «lo primero que pudo», un cable del que tiró con fuerza y que resultó ser de un taladro. «Llevaban el maletero lleno. Sabían a lo que iban. Seleccionaron los artículos de más valor de la ferretería», añade.

Cuando los asaltantes se marcharon, el dueño de la tienda, de unos 80 años, salió con un trozo de tubo en la mano. «El hombre se enteró del robo cuando saltó la alarma, pero se asomó y, al ver que eran cuatro encapuchados, se metió otra vez dentro de la tienda». Cuando se encontró a su vecino con el taladro en la mano, se fue hacia él y le dio las gracias. Su intervención no pudo evitar el asalto, pero sí frustrarlo e impedir que sustrajeran más objetos. «Si no actuaba, sabía que se iban a llevar toda la tienda».

El ciudadano, en cambio, asegura que no pasó miedo, si acaso algo de «adrenalina», pero poco más. «Es mi carácter», insiste. «Por mi edad y mi educación, si veo un accidente o lo que sea, intento ayudar. Si veo una injusticia, no puedo mirar a otro lado. Cambiaré cuando me muera». Preguntado sobre si lo volvería a hacer, afirma que «una y mil veces», en esas circunstancias o «en otras peores». Cuando se empezó a viralizar el vídeo, recibió un aluvión de reacciones entre familiares, amigos, vecinos o autoridades. «Unos me dan la enhorabuena, otros me dicen que estoy loco, pero que saben que soy así. Me han llamado de todos lados, hasta de la Guardia Civil. Yo no le doy importancia...». Lo cierto es que pasaron muchos coches más, pero solo se paró él.