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Roger, Fabio y Maria Grazia viven desde principios del año pasado en Pinos de Alhaurín. SUR
La familia belga que se dejó cautivar por la calidad de vida de Alhaurín de la Torre

La familia belga que se dejó cautivar por la calidad de vida de Alhaurín de la Torre

Nómadas ·

«La ciudad donde nací nos gusta mucho, pero no tenía que ser el sitio donde teníamos que vivir», afirma Fabio Verbruggen

Lunes, 2 de agosto 2021, 00:34

La Toscana puede antojarse como uno de los lugares más idóneos donde retirarse después de toda una vida trabajando. Pero la región italiana no ofrecía lo que la familia Verbruggen Rossi realmente necesitaba para disfrutar de su jubilación.

«Mis padres querían ir hasta allí para comprar una finca y poder alquilar algunas viviendas turísticas», explica Fabio, que tiene la doble nacionalidad italiana y belga. La primera, de la madre; la segunda, de su padre.

Sus progenitores sólo encontraban en esa zona del norte italiano vetustos caserones, en los que había que invertir casi más en rehabilitarlos que en comprarlos. «Son edificios bonitos, pero casi en ruinas, donde hay mucho que hacer», dice este joven italo-belga, afincado hoy en Málaga.

Los números no salían para ese modelo de negocio que Roger y Maria Grazia querían para mudarse a un lugar con calidad de vida para ellos y para su hijo Fabio. Él precisamente fue el que les propuso otra zona mediterránea que ofrecía muchas más posibilidades, la provincia de Málaga.

«Había estado en varias ocasiones por aquí porque conozco gente de la zona, así que les dije a mis padres que hiciéramos un viaje y miráramos casas donde poder hacer realidad ese proyecto», explica Fabio.

Y le hicieron caso. En julio de 2019, recorrieron muchas urbanizaciones de la Costa del Sol y de la segunda línea de playa, hasta que dieron con la casa que finalmente compraron meses más tarde en Alhaurín de la Torre.

El 30 de diciembre aquel año formalizaron la compra de un bonito chalé de la urbanización de Pinos de Alhaurín que tenía lo que no terminaron de encontrar en Italia.

Por un lado, podían tener en este inmueble no sólo una casa donde poder vivir sino también dos apartamentos turísticos para alquilar y tener unos ingresos que complementaran las pensiones por jubilación. Por otro, estaban en un municipio que les había sorprendido por su calidad de vida. La limpieza, las zonas verdes, el clima o la ubicación fueron algunas de las virtudes que también influyeron a la hora de decantarse por Alhaurín de la Torre.

Dedicaron el invierno de 2020 a la mudanza hasta su nueva residencia. En su plan, como en el de millones de personas en el mundo, no estaba la pandemia, que frenó el negocio familiar.

El turismo como una posible ventana laboral

El punto fuerte de Fabio Verbruggen son, sin duda alguna, los idiomas. Gracias a su formación universitaria y al mestizaje flamenco y latino, este joven de 29 años se maneja bien en cuatro idiomas, aunque asegura que está perdiendo alguno de ellos «por no practicarlo».

Pero, una vez que ha empezado su nueva vida en la provincia de Málaga, con campamento base y residencia familiar en Alhaurín de la Torre, este joven ha visto las posibilidades que ofrece el turismo en una zona donde brilla con fuerza el destino Costa del Sol.

«He empezado a hacer algunos cursos on line para formarme y conocer mejor este sector, que me parece muy interesante y está vinculado al nuevo negocio familiar», comenta Fabio.

A pesar de que la pandemia ha frenado drásticamente los ingresos económicos por alojamientos en la provincia, Fabio ve como un reto comenzar a explorar y a aprender las posibilidades que ofrece este sector. Y, por qué no, a dedicarse a él profesionalmente.

Tras las mejoras realizadas en los dos apartamentos de los que tienen en su propiedad, la familia Verbruggen Rossi decidió alquilar sólo uno de ellos para mayor sensación de seguridad y confianza de los inquilinos.

Fue en julio del año pasado cuando tuvieron sus primeros huéspedes. Después llegaría el paréntesis de la tercera ola de la Covid-19, que tras disiparse les ha hecho posible tener ya reservado desde hace tiempo para el presente verano.

«Más adelante, cuando termine la pandemia, comenzaremos a alquilar los dos apartamentos, que tienen entradas independientes y están en plantas distintas», explica Fabio.

Gracias a esta idea, esta familia ya sabe lo que es disfrutar del clima, de la gastronomía y de la amplia oferta turística que hay en la provincia de Málaga. Falta el pequeño de los dos hermanos, Ruben, que, con 25 años, se resiste a dejar Bélgica. A diferencia de él, Fabio está muy satisfecho con la decisión familiar de mudarse hasta Andalucía.

«La ciudad belga donde nací, Lovaina, nos gusta mucho, pero no tenía que ser precisamente el sitio donde teníamos que vivir», alude el mayor de los dos hijos, que ha cumplido en 2021 los 29 años.

No se arrepiente para nada de haber convencido a sus padres de poner el punto de mira en el sur de España en lugar del norte de Italia. «El clima aquí en Málaga en invierno es más templado que allí en La Toscana», apunta a modo de ejemplo.

Otra de las virtudes que el joven Fabio encuentra en su nueva provincia de residencia es la amplia oferta turística de la que disfruta. Aunque ni siquiera llevan dos años viviendo en Málaga y buena parte de ese período ha contado con muchas restricciones de movilidad por la pandemia, ya conocen algunos de los enclaves más famosos del interior y de la costa. Hace poco visitaron la Cueva de Nerja y ya tienen al Torcal de Antequera como uno de sus sitios favoritos. «Es un lugar que nos sorprendió mucho y que hemos visitado ya varias veces desde que estamos aquí», dice Fabio.

También disfrutan mucho de la gastronomía. Aunque ya conocían buena parte de los platos típicos del país gracias a restaurantes españoles en Roma, en Málaga se han dejado sorprender por el espeto de sardinas o las berenjenas con miel de caña.

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