Fallece a los 91 años Pepa Baeza, la institución gastronómica malagueña que fundó la Casa Pepa

«Hay mucha gente que ha venido a la fonda de mi abuela desde lugares de todo el mundo», cuenta a SUR su nieta, María José Román. Su abuela llegó a ser una seña de identidad de Carratraca y eso lo inculcó a la multitud de visitantes que se acercaban para probar sus platos. «En Japón hay un restaurante que se llama también Casa Pepa regentado por Reiko, una japonesa que vino aquí, conoció a mi abuela y ella, encantada, le enseñó a cocinar sus platos caseros, este restaurante japonés tiene fotos de mis abuelos en las paredes», añade.

Cordero, lentejas, pollo en salsa, chorizo, carrillada, filetes de patatas, paella, estofado de ternera, papas con huevos... Cada día es una sorpresa para los comensales de esta fonda con más de medio siglo de vida. Los visitantes no tienen carta, todo depende de lo que ese día Pepa encontrara en el mercado. «Una peculiaridad de Pepa es que no ofrecía raciones, ofrecía la bandeja o la olla entera para que el comensal se sirviera lo que quisiera, como si fueran su casa», cuenta el alcalde de Carratraca, Antonio Sepúlveda, quien además de regidor municipal, aprecia a Pepa por ser vecinos y casi familia desde pequeños.

«En enero nos dejó mi abuelo, José Sánchez; la semana pasada pasada mi tía, Salvadora Baeza; y ahora ha sido mi abuela la que nos ha dejado, ya están los tres juntos, como estos últimos siete años», comenta la nieta. Recuerda los últimos tiempos de su abuela en una silla haciendo croché, algo que le entusiasmaba mucho tras una vida dedicada a los fogones. «Todo ha sido un desencadenante, la mujer no ha podido resistir el tema emocional, ni físico, ahora está descansando», añade Sepúlveda.

Casa Pepa es reconocida por su modo de ofrecer los platos y la gastronomía tan casera que ofrece. A lo largo de estos años ha recibido visitas de importantes personajes como Antonio Banderas, Jesús Quintero, Antonio Gala, Romina y Albano e incluso Carlos Arguiñano. «Ha sido una institución gastronómica para el pueblo, para toda Málaga y a nivel internacional», asegura el vecino de Carratraca, Pedro Fernández. El legado de Casa Pepa se queda en sus hijas Juana y Dori, quienes gestionan el negocio de la misma manera que lo hacía Pepa Baeza desde que esta se jubiló.

En las paredes del salón de Pepa, que es el comedor del propio restaurante, hay fotos de su familia como en cualquier casa. Sin embargo, cuenta su nieta que en estos últimos años mucha gente está llevando fotos y las deja en el mueble de su abuela. «Ahora tenemos el mueble lleno de fotos de toda la gente que nos visita y eso es un orgullo», asegura. Casa Pepa es más que un referente, es un lugar donde la comida a fuego lento de toda la vida hacen que cualquier visitante se sienta como en casa.