Es el mago referente de nuestra tierra, ilusionista de profesión, que entre juegos de cartas y de monedas ha sido ya campeón de España, de ... Europa y se prepara para participar en su tercer mundial. Luis Javier Olmedo Páez (Antequera, 1989) es licenciado en Comunicación Audiovisual, fue portero de la cantera del Balonmano Antequera y hace seis años dejó todo para vivir por y para la magia. Tiene 32 años y no para de ir y venir por el mundo. Precisamente, este fin de semana estuvo con el humorista Tomás García en una actuación en Alemania con jugadores del Bayer de Múnich.
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–A pesar de todo, sigue existiendo la magia en esta vida.
–¡Claro que sí, a diario! Hay magia en cada persona, en sus buenas acciones y en los buenos momentos que vivimos.
–¿Y qué es la magia?
–El término magia se utiliza para todo: la magia de la Navidad, la magia de la vida... Pero yo creo que la magia es cuando hay algo tan imposible que cuesta creerlo y darle una explicación.
–¿Qué diferencia hay entonces entre magia y milagro?
–Me lo pone complicado. Desde el punto de vista artístico, nosotros hacemos magia, «milagritos laicos» como dijo el gran Arturo de Ascanio; pero los milagros se los dejamos a los santos.
–Cambiamos tanto el nombre de las cosas... Hoy ya no son magos, son ilusionistas. ¿Por qué?
–Los dos nombres son aceptables. Yo veo a un mago como sería Merlín; y el ilusionista es aquella persona que se dedica artísticamente al mundo de la magia como profesión.
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–Luis Olmedo prefiere que le conozcan como...
–Ilusionista, pero cuando me preguntan lo que soy digo que soy mago.
–¿Todo tiene un truco?
–El truco son las tripas del juego, el secreto. Y el juego es lo que véis cuando hacemos ilusionismo.
–¿Tienen poderes extraordinarios?
–No somos personas divinas, lo que buscamos es ilusionar y aunque lo he intentado, no tengo poderes. (Risas).
–¿Hemos pasado de hacer trucos a engañar en el día a día?
–Recuerdo que en la carrera nos dijeron el primer día que dependiendo el medio que leas, verás la verdad de una manera o de otra, y eso ya es magia. La persuasión puede poner gafas a la sociedad.
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–Podemos caer en el error de dejarnos llevar por trucos intencionados.
–Hay profesiones que tienen responsabilidad social y tienen que cuidar lo que dicen porque, sea verdad o mentira, la gente se lo cree y eso es jugar con ellas.
–¿Cómo se diferencia?
–Si tú vienes a un espectáculo mío, sabes que vamos a jugar a la ilusión, a hacer magia. El problema es cuando vas a un sitio y no sabes que te van a embaucar con el objetivo de engañarte. Eso es peligroso.
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–Vamos a dejarnos llevar por la ilusión... Si fuera Merlín, ¿qué pócima le gustaría conseguir?
–¡Hay tantas! Daría lo que fuera por conseguir la pócima para cargarme el puñetero cáncer porque vaya lo que fastidia en todas las casas, no hay familia ni amigo que se libre. He dicho cáncer como podría decir cualquier enfermedad injusta para el ser humano.
–¿Qué pasa con el virus?
–Está haciendo mucho daño a muchas personas tanto personal como profesionalmente. Lo pasé antes que se reconociera en marzo. Lo cogí tras una gira en Francia y estuve muy mal. Pensé que era una gripe cuando nos reíamos de lo de China. De noche, los pulmones me sonaban como si tuviera una cachimba dentro. Y ahora pego tres carreras y me noto saturación en ellos. Aún no tengo el nivel físico que tuve.
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–Si pudiera viajar en el tiempo, ¿a qué época iría?
–Sobre 1850, en la época de Johann Nepomuk Hofzinser, un mago vienés que fue el precursor de la magia de cerca.
–¿Qué referentes tiene?
–Muchos, no sería nada sin ellos: Miguel Ángel Gea, DaOrtiz, Rubiales, De Figueredo, Rodríguez, Pareras, Ascanio, Juan Tamariz, Pepe Carroll... la lista sería interminable.
–¿Quiénes son sus magos personales?
–Tengo la suerte de haber crecido en una familia donde mis padres me han querido y dado una educación para llegar a lo que soy. Y qué decir de mis amigos, que son los que me han tenido que aguantar con las chapas y experimentos hasta llegar a lo que soy hoy. Y ahora mi pareja y mi perro, que son los que me aguantan en el día a día.
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–Que no pillen el truco, debe ser la magia del momento.
–Es la clave y de ahí su crecimiento y desarrollo. Solemos quedar con los amigos magos para aprender y antes de hacerlo en público, quedas con los amigos.
–Sabemos que fue portero de balonmano. ¿Intentó utilizar sus artes para parar más?
–Lo intenté, lo reconozco, pero no me tuvo que salir muy bien porque lo dejé. (Vuelve a sonreír).
–¿Puede vivir con la ilusión de la gente?
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–Lo intento, desde que dejé mi trabajo, monté una tienda-escuela de magia aquí en Málaga; y siempre que puedo y me llaman, participo en espectáculos de magia de cerca, sobre todo con cartas y monedas.
–Recomiéndenos un truco para ser más felices.
–Desconectar de todo para reconectar, siempre hay que volver a vernos con precaución. Ese café pendiente, hay que tomarlo. Ese a ver si nos vemos hay que conseguirlo. Hay que desconectar de la pantalla y hablar a la vida cara a cara.
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