«Cuando no se utilizan bien, los móviles son el veneno del espíritu de los jóvenes»

–¿Por qué surgió esta iniciativa?

–Por la necesidad de responder al problema de la heroína desde finales de los ochenta.

–Con el paso de los años, las adicciones han aumentado.

–Por centrarnos en hoy, no somos conscientes del problema que deriva del mal uso de los móviles y redes sociales. Además de los problemas con las drogas y el alcohol, las nuevas tecnologías suman cada día más casos.

–Para evitar llegar a un centro como el que dirige, ¿la prevención es lo primero?

–Así es, nosotros siempre tratamos el sistema educativo, incluso impartimos charlas en los colegios para la prevención.

–Volviendo al móvil, ¿hasta qué edad recomienda no usarlos?

–Más que una edad, un padre y una madre tienen que conocer la madurez de su hijo. Hay chavales que con 20 años no deberían acceder a ellos; y sin embargo, con 13, podrían tenerlos si tienen sus bases de manejo óptimo.

–Un caso que haya tenido reciente de un problema.

–Hay una muchacha con 14 años que ha entrado en una secta comercial donde le inducen a que haga unos hábitos que terminan en que estén las 24 horas gastando dinero desde las redes sociales.

–¿Y cómo es esa captación?

–Un conocido le lleva a entrar en esa red y, para ser admitido, debe dar dinero para que cuando cumpla unos objetivos los recupere, pero puedes intuir lo que ocurre.

–Otro de los problemas es el uso pornográfico.

–Hay chavales hiperestimulados sexualmente. No tienen edades para desarrollar una sexualidad como les lleva a caer en los juegos y llamadas. Hace poco vino una chiquilla con sus papás, que con 14 años se había gastado 6.500 euros en menos de dos días.

–¿Y cómo se evitan estas situaciones?

–Insistiendo a los padres en que la responsabilidad de educación es de ellos y que cuando vean que están todo el día con el móvil, dejando de tener relaciones personales, deben detectar por qué se están transformando.

–Lo que es hablar en la mesa sin tecnologías.

–Si no se cruzan unas palabras los chavales con los padres, ¡imagina en lo que pueden estar cayendo! El menor se irrita cuando le intentas quitar el móvil, eso interfiere en su conducta y comportamiento.

–¿El teléfono puede llevar a otras adicciones?

–Sí, pero el móvil ya es una adicción bastante seria.

–¿Se puede comparar con las drogas?

–Sí, porque la estructura cognitiva del paciente es la misma. Sufre un síndrome de abstinencia y un comportamiento fuera de lo común. Deteriora sus relaciones sociales.

–En resumen, el problema es...

–Que, cuando no se utilizan bien, los móviles son el veneno del espíritu de los jóvenes.

–¿Y qué se puede hacer para un buen uso?

–Que no se demonice, eso nunca lo buscamos en ninguna conducta, pero sí que sepan que su uso no correcto puede llevar a una adicción, que cambien sus conductas y forma de relacionarse con los demás.

–¿Cómo está afectando la pandemia a las adicciones?

–Nos hemos visto desconectados de la vida normal. Si nos ha afectado a todos, ¡imagina a alguien con un problema mental!

–Siempre se habla del enfermo, ¿pero y el entorno?

–Te puedo decir que en estos meses, padres y madres están precisando de terapias psicológicas.

–Terapia, ¿hay colectivos que han pedido su ayuda?

–Muchos, entre ellos sanitarios, tras vivir la presión del riesgo del virus, no quieren compartirlo en casa para no preocupar a la familia y vienen aquí como terapia de apoyo, ayudándose entre ellos.

–¿Qué muestran?

–Desahogo de su estrés, del sentimiento que viven. No nos llega todo lo que padecen dentro de un hospital y la impotencia y sufrimiento que sienten.

–¿Se respetan las restricciones en las adicciones?

–Lamentablemente, no; se ha expuesto al riesgo. Cuando necesitan droga, la buscan de la peor forma posible.

–¿A cuánta gente están tratando en sus instalaciones?

–A más de doscientas personas. La pandemia nos ha limitado el acceso al centro y llegamos a atender a la gente vía telemática.

–¿Qué cambiaría sobre cómo se está llevando la gestión del coronavirus?

–Lo que se dice sobre la vacunación de los jóvenes. No se tienen que vacunar para divertirse como dicen, sino que lo tienen que hacer para cuidar su salud y la de los demás. Si nuestros políticos no lanzan el mensaje adecuado, estamos haciendo creer a los chavales que hay ciertas cosas que están permitidas.

–¿Y de las redes sociales?

–Detrás de una pantalla se puede pasar cualquier tipo de mensaje y de eso nos tenemos que dar cuenta. Responsabilidad y libertad tienen que vivir juntas.

–¿La mejor vacuna para la sociedad son instituciones como la suya?

–Afortunadamente hay muchas personas y colectivos que mantienen esta sociedad, y el virus lo ha demostrado. Antequera puede presumir de sus colectivos.