José Rodríguez Cámara
Alhaurín de la Torre
Lunes, 16 de septiembre 2024, 00:36
Cerca de la Venta Vázquez, a los pies de la Sierra de Míjas, está el antiguo Cortijo Peralta, la actual urbanización Taralpe Alto. Allí, en una tierra que antes estuvo dedicada al cultivo del olivar, ya en desuso, se excava desde hace años en busca ... de pistas sobre el pasado de Alhaurín de la Torre. En la última de estas prospecciones, este mismo verano, ha sido localizado el que, para el historiador y arqueólogo local José Antonio Santamaría García, es «el hallazgo más importante de las tres campañas realizadas» en este punto.
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La pieza es una estela, también conocida como menhir, es decir, un trozo de roca labrado que, en este caso, para los investigadores es claramente una figura femenina; tiene 2.800 años. Para asegurarlo apuntan a los restos de la talla de un manto o toga e importante decoración en relieve en la zona pectoral: varios collares con diversos abalorios colgados.
Un atuendo así no era para cualquiera, por lo que consideran que debería representar una deidad de la época, quizás la diosa fenicia Astarté, protectora en el amor, el sexo, la guerra y la caza. También es posible, explica Santamaría, que esta obra aluda a una figura humana, pero, en cualquier caso, tendría una «especial relevancia para su comunidad». Para comprender la posible presencia de la divinidad, hay que remontarse a las primeras excavaciones, en 2011, con el hallazgo de una fosa de forma ovalada, recuerda Santamaría, «rellena de depósitos arqueológicos fechados, por sus hallazgos cerámicos y una datación de carbono 14, en el siglo VIII antes de nuestra era». Ello demostró que allí hubo un hábitat protohistórico indígena de la primera Edad del Hierro, en momentos en los que esta población local entra en contacto con los colonos fenicios de la desembocadura del río Guadalhorce y copia y asume modismos, gustos y costumbres más avanzados, entre ellos el uso de las cerámicas a torno y los muros rectos, además de sus mitos.
Las excavaciones de 2011, continuaron en 2023 y han proseguido en 2024. En este periodo ha sido posible el hallazgo de fragmentos de Terra Sigillata Itálica; fechada culturalmente en el Bajo Imperio Romano, así como fragmentos de ánforas con una cronología algo más antigua, de finales de los siglos IV y III de nuestra era. Todos estos materiales y estratos arqueológicos superpuestos indican que el lugar, dice el arqueólogo alhaurino, «tiene una amplia pervivencia en el tiempo y el espacio».
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La estela tiene forma alargada y sección irregular, aunque tiende al rectángulo, con uno de los laterales ligeramente apuntado. Su altura no es menor, 1 metro y 20 centímetros. Dos eminencias la han analizado, la doctora Primitiva Bueno Ramírez, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Alcalá de Henares y el doctor Rodrigo de Balbín Behrmann, catedrático emérito de Prehistoria de la Universidad Complutense. Estos especialistas en megalitismo y en las manifestaciones gráficas pintadas, grabadas y esculpidas por los antepasados han destacado el «estado de conservación y los magníficos relieves» de la que tiene aires de diosa.
El equipo de arqueólogos, sin embargo, se ha encontrado con un problema, es «muy difícil precisar su uso», al estar este hallazgo descontextualizado, ya que, cuando fue localizada la estela, estaba «tumbada y con grandes evidencias de haber sido arrastrada por maquinaria agrícola o de obra». Ello impide establecer el lugar que ocupó en su momento, aunque, por su importancia, el arqueólogo alhaurino, tiene claro, «quizás pudo formar parte de algún tipo de edificio de carácter cultual» o como «marcador de una sepultura».
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Una vez notificado el descubrimiento a la Delegación de Cultura, esta posible Astarté ha sido trasladada a dependencias municipales, donde está «almacenada y custodiada».
La actividad arqueológica está financiada por el Área de Patrimonio Histórico Artístico del Ayuntamiento, con la colaboración de las concejalías de Servicios Operativos, Parques y Jardines y Urbanismo.
El equipo, coordinado por Santamaría, ha contado con la cooperación y la participación de alumnos del grado de historia de la universidad de Málaga, UMA, y la codirección de los doctores José Suárez Padilla, profesor de Prehistoria y Protohistoria del Departamento de Ciencias Históricas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga. doctor en Protohistoria de la provincia de Málaga por la Universidad Autónoma de Madrid y actual director del Proyecto General de Investigación del Cerro del Villar, y de José Luis Caro Herrero, profesor `titular, dedicado a la docencia y la investigación, del Departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación, de la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga. Además, Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Málaga y Doctor en Prehistoria Reciente por la UMA. Experto en fotogrametría y en dataciones radiocarbónicas.
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La excavación arqueológica que ha encargado el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre en la zona oeste del municipio vendrían a confirmar la relación de este antiguo poblado indígena con la ciudad fenicia de Cerro del Villar, a unos 12 kilómetros.
Este proyecto se enmarca dentro de la línea de trabajo impulsada por el alcalde, Joaquín Villanova, para profundizar en el pasado de Alhaurín de la Torre y poner en valor la historia y el patrimonio local. El arqueólogo encargado del mismo, José Antonio Santamaría, ha resaltado la relevancia de este yacimiento, uno de los más importantes del término municipal, y sus vínculos con la civilización fenicia. Además de la estela, otro de ellos ha sido un muro que se correspondería con parte de la estructura de una de las viviendas que conformaban este núcleo en la época.
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La particularidad es que se trata de un muro rectilíneo asentado por encima de uno curvilíneo, lo que vendría a demostrar la influencia de la arquitectura fenicia en esta población. A ello se suman los abundantes restos de cerámica encontrados, un 80% de los cuales aproximadamente son de cerámica hecha a mano (anterior a la fenicia) y otro 20% de torno, parte de los cuales se han mostrado en el salón de plenos del Ayuntamiento.
«Esto demostraría que seguramente aquí se comerciaba con los fenicios de Cerro del Villar», destaca Santamaría, que subraya que también se han hallado numerosos restos de origen marino, concretamente conchas finas cuyo uso, a modo de alfombra o pavimento, tendría más bien un carácter «simbólico o ritual». Además, se ha encontrado hierro y otros restos de minerales, probablemente pertenecientes al cercano yacimiento minero de los Llanos de la Plata, que también se usaban para comerciar.
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