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Diez víctimas perdieron la vida en un tramo de apenas cuatro kilómetros el año pasado. Es por ello por lo que en la provincia se le conoce como la ‘carretera de la muerte’ y desde hace décadas los distintos ayuntamientos, vecinos y conductores que frecuentan la zona han puesto sobre la mesa la necesidad de implementar medidas para mejorar su seguridad vial. Un objetivo por el que se lleva trabajando muchos años. La A-355 que une Coín y Marbella tendrá, al fin, dos nuevos radares que servirán para disminuir la siniestralidad de la carretera, una medida que se une a la gran línea roja que, desde principios de enero, marca la separación entre los dos carriles de ambos sentidos en la carretera del Valle del Guadalhorce.
Si bien esta vía contó el pasado año con diez muertes–el 26% de las cifras registradas en las carreteras de toda la provincia–este 2024 no ha contado con ningún accidente mortal. Ante tal peligrosidad, la Junta de Andalucía y la Subdelegación del Gobierno comenzaron a reunirse con los ayuntamientos de la zona y este jueves se ha hecho realidad una demanda histórica autorizada por el gobierno autonómico: La Dirección General de Tráfico (DGT) instalará radares de tramo para controlar el exceso de velocidad en esta vía y otras dos carreteras del Valle del Guadalhorce.
La franja roja con bordes blancos que preside la vía entre la salida de la Autovía del Guadalhorce y Coín y desde la localidad hacia Monda ya fue una medida inédita en Andalucía y prácticamente en el mapa nacional, con solo algunos casos similares en Cataluña y está en sintonía con las indicaciones viales de la Unión Europea respecto a la seguridad vial. Su objetivo de esta línea con siete meses de vida no es otro que evitar las imprudencias al volante, ya que estas estaban en la base de la mayor parte de los accidentes de la ‘carretera de la muerte’.
Hasta ahora, la franja había sido la medida por excelencia para disminuir la siniestralidad recordando a los conductores que es una carretera de alto índice de peligrosidad, de doble sentido y en la que está terminantemente prohibido invadir el carril contrario y adelantar. La preocupación de los vecinos de la zona, así como de sus administraciones ha hecho efecto hasta el punto de acelerar los trámites ordinarios de la DGT, que a principios de año ya evaluaba instalar un radar en dicho tramo, pues hasta ahora no había ninguno salvo en Ojén, el tramo final de la vía, en el que el trazado es más sinuoso que en la vía de Coín, donde hay largas rectas.
Desde que se instaló la franja, es evidente que ha dado resultado, ya que en los últimos siete meses no se han registrado sucesos mortales en esta vía, pasando de diez víctimas mortales el año pasado a ninguna este año. De hecho, con la implementación de los nuevos radares de tramo en la carretera coineña, se mantiene el objetivo de propiciar la reducción de velocidad, además de mantener la prohibición de los adelantamientos.
Con la autorización concedida por la Junta de Andalucía se permitirá la instalación de dos cinemómetros en la carretera A-355 (Casapalma a Marbella) que estarán ubicados en los puntos kilométricos 0,950 (margen derecha) y 4,400 (margen izquierda). Asimismo, se instalarán los correspondientes carteles de preaviso en los puntos kilométricos 0,550 y 5,105. Esta instalación se proyecta como una medida disuasoria para mejorar la seguridad vial y reduzca los accidentes en esta vía, ya que ha tenido también un importante incremento de tráfico desde 2021, fecha en la que se iniciaron las reuniones entre las distintas administraciones.
Desde que el Ayuntamiento de Coín trasladó a la Consejería de Fomento su preocupación ante el aumento del tráfico en la vía–que se abrió en 2014 con una previsión de 7.000 vehículos diarios de media y ya casi alcanza los 20.000 al día–se han ejecutado otras medidas como la construcción de cuatro kilómetros de quitamiedos, se cambió el petril de un viaducto dañado por accidente, se renovó y reforzó la señalética y se colocaron nuevos discos.
Ahora que la Consejería de Fomento, titular de la vía, ha dado el visto bueno al nuevo radar en la ‘carretera de la muerte’, también se ha autorizado la colocación de dos nuevos radares en carreteras del Valle del Guadalhorce, concretamente en la A-357 (Autovía del Guadalhorce y convencional hacia Campillos) y en la A-404 (Coín-Churriana). El objetivo de la instalación de estos nuevos radares no es otro que continuar incrementando más medidas de seguridad vial y evitar accidentes.
En la carretera A-357 se instalarán dos cinemómetros en los puntos kilométricos 40,550 y 42,000, margen izquierda de la vía (radares de tramo), así como un cartel de señalización de preaviso en el punto kilométrico 42,615, margen izquierda. Por otro lado, se llevará a cabo la instalación de un cinemómetro bidireccional en la carretera A-404 de Coín a Churriana, punto kilométrico 2,550, margen derecha y dos carteles de señalización de preaviso en el punto kilométrico 1,960, margen derecha, y punto kilométrico 2,980, margen izquierda.
Este tipo de actuaciones como la instalación de una gran línea roja no es muy común en España, de hecho, hay pocos ejemplos de este tipo de medidas implementadas como son los aplicados en varios tramos de una misma carretera: la Eix Diagonal, entre Vilanova del Camí (Anoia) y Vilafranca del Penedès y Òdena y Manresa. Al igual que en el Interior de la provincia, las autoridades catalanas justificaron aquella medida bajo la necesidad de reforzar la percepción de los conductores del riesgo de invadir el carril contrario, algo tan común hasta entonces.
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