De Coín a Senegal: la pandemia no frena la labor humanitaria de la Fundación Luna Nueva

Oleas recuerda que la fundación no tiene afiliaciones ni cuotas: solo se trabaja con donaciones. «Hay que agradecer enormemente la generosidad de los vecinos», señala, y detalla un caso que le sobrecogió especialmente. «Falleció un señor por coronavirus, y como su familia no podía ponerle flores, destinaron esos 500 euros a la asociación. Todo se empleó en alimentos».

Desde que comenzó la pandemia, Luna Nueva ha podido enviar 6.000 euros en cuatro ingresos de 1.500 euros distribuidos en diferentes meses. El encargado de recoger esta ayuda es Pap Aly Beye, un amigo de la fundación que colabora en todo lo necesario. «Trabaja muchísimo y no quiere absolutamente nada para él, todo para su pueblo», señala Oleas.

En estos momentos, los proyectos más importantes de la fundación se centran en ayudar a la población de la zona a que pueda buscar un medio de vida para mantenerse y poder tener una ocupación laboral. Uno de ellos es 'La huerta coína', una zona agrícola de 20.000 metros cuadrados en la que se cultivan frutas y verduras típicas del Valle del Guadalhorce. «Está funcionando bien, la idea es que puedan cultivar sus propios productos y venderlos. Lo último que hemos hecho es construir una casa de aperos para poder guardar las herramientas», señala Oleas. Concretamente, este terreno se divide en tres partes: una para árboles frutales, otra para verduras como cebolla, tomate o pimiento, y por último una zona para el pasto del ganado. «Previamente hicimos un estudio del terreno y vimos que se podía cultivar. Hemos llevado plantas de todas clases y todo está cuajando allí», explica.

Ampliar

Pese a que funciona bien, aún deben solucionar un problema importante en la huerta: el abastecimiento de agua. «Otro de los proyectos que tenemos pendientes es la construcción de un pozo, para que la huerta pueda tener muchos más recursos», detalla el presidente de Luna Nueva, que asegura que ya hay un estudio para elaborar un pozo tras encontrar agua a 38 metros de profundidad. «Estamos buscando nuevas donaciones para hacer frente al proyecto, que asciende a unos 3.000 euros».

Otro de los proyectos que se está llevando a cabo en Nguit es la construcción de una granja, que ya está a punto de finalizar tras enviar todo el material necesario para la obra. «Es la continuación de la huerta, en un terreno de unos 60 metros cuadrados. En el contenedor del año pasado pudimos enviar sacos de cemento, barras de hierro y todo lo que hacía falta», señala Oleas, que explica que la idea es fomentar el acceso al trabajo de la mujer. «Queremos que sean ellas las que desarrollen la granja, algo que allí no es muy común».

Junto a estas iniciativas, la fundación continúa con proyectos como las becas de estudio para los jóvenes de la zona, como explica Oleas. «Son muy inteligentes, ya hemos entregado más de 130 becas, la mayoría de ellas a chicas, y estamos viendo como terminan sus estudios en la Universidad de Dakar. Es una gran satisfacción y todo gracias a Coín, que es un pueblo muy generoso».