Carmen Bernal, en la sede de la cooperativa Virgen de las Virtudes de Fuente de Piedra. A.J.

Carmen Bernal, la profesora que dejó su trabajo para volver a las raíces en Fuente de Piedra

Tras 11 años como docente, tomó las riendas de la cooperativa olivarera Virgen de las Virtudes, además de ser la única mujer en el consejo rector de Dcoop

Lunes, 7 de febrero 2022, 00:05

Carmen Bernal era profesora de inglés en Primaria. A pesar de contar con plaza fija y más de una década de experiencia, una idea que rondaba su cabeza terminó por hacerse realidad. Hace dos años, la docente dio un «cambio radical» a su vida: dejó ... su trabajo como maestra para convertirse en la presidenta de la Cooperativa Nuestra Señora de las Virtudes de Fuente de Piedra y en la única mujer del consejo rector de Dcoop. «No quería contribuir a la falta de relevo generacional en el campo, a lo que siempre se ha dedicado mi familia. No podía mirar para otro lado, porque iba a tener esa espinita clavada el resto de mi vida», cuenta Bernal, que en el verano de 2019 comenzó su transformación: «Tras acabar el curso, avisé de que en septiembre no volvería al colegio».

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Actualmente, Bernal es la única mujer presidenta de las cooperativas olivareras que existen en la comarca de Antequera. A sus 39 años, gestiona todo lo relacionado con el funcionamiento de esta sociedad agraria dedicada al aceite de oliva: asambleas, reuniones, consejos… Sigue la estela de su padre, a quien relevó en el cargo en enero de 2020 tras convocarse elecciones. «Mi padre ha sido presidente de esta cooperativa durante más de 30 años. He aprendido mucho de él», asegura.

Durante los meses previos a su nombramiento como presidenta, Bernal aprendió «desde cero» todas las claves del negocio de la mano de su padre. La brecha generacional en este tipo de cooperativas es alta: el vicepresidente de la misma es octogenario. «Con el paso del tiempo vas perdiendo la inseguridad y la incertidumbre en algunas decisiones, pero hay un consejo rector con mucha experiencia. Yo me siento fenomenal, y aunque es un mundo de hombres no me he encontrado ninguna barrera machista».

La cooperativa agraria de Fuente de Piedra «es pequeñita», con unos 100 socios, y en su filosofía siempre ha estado presente la mujer, según explica Bernal. «Contamos con dos maestras de fábrica y dos molineras. Es un mundo en el que se hacen muchas actividades y proyectos fomentando la participación. La cuestión es que a las mujeres nos cuesta salir de nuestra zona de confort, solemos apostar más por otro tipo de trabajos».

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Esta ex profesora reside en Antequera y es madre de dos pequeños. «Es un trabajo que requiere esfuerzo, pero es compatible con ser madre. Antes me llevaba mucho trabajo a casa y ahora puedo dedicar más tiempo a mis hijos, porque aunque tenga que hacerme cargo de más asuntos me organizo mejor», cuenta, y asegura que ha ganado en calidad de vida. «Era el momento de hacerlo, lo tenía claro. Sí tengo que trabajar el fin de semana en el campo no me pesa, porque estoy en lo mío».

Su día a día transcurre entre las oficinas de la cooperativa y el campo. «También me encargo de las reuniones que van surgiendo con los consejos rectores y todo lo relacionado con la administración. Suelo hacer cursos de formación, ya que soy curiosa y me gusta aprender cosas nueva», señala Bernal, que es miembro del consejo rector de Dcoop desde verano de 2020.

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Dos años después de su cambio drástico de vida, la ex profesora siente que ha ocupado su lugar para continuar con el legado de su familia. «El idioma me va a servir para viajar y para mis hijos. Ahora lo importante es el relevo generacional, no quería formar parte de la despoblación rural que tanto está afectando a los pueblos de interior».

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