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La Cofradía de los Dolores viaja al pasado y conoce su esencia al descubrirse el libro de actas que contiene todos los detalles de su ... día a día desde el siglo XVIII hasta mediados del XIX. Supone un descubrimiento histórico para conocer la organización de esta hermandad que entonces procesionaba el Lunes Santo y que hoy podrá conocer encargos, autoría, debates internos, cuentas, nombres y datos sobre la hermandad.
El libro lo conservaba Alfonso Guerrero Herrero, bisnieto del que fuera alcalde de Antequera, Francisco Guerrero Muñoz. Pero desconocía que fuera alusivo a la cofradía. El descubrimiento ha sido a cargo del historiador Juan Campos Rodríguez quien «buscando información sobre Francisco Guerrero Muñoz, quien fuera alcalde de Antequera a finales del siglo XIX y principios del XX, decidimos preguntar a un bisnieto», Alfonso Guerrero Herrero.
Fue cuando le entregó antiguos libros que tenía y uno de ellos resultó ser «el libro de actas de los Cabildos de la Hermandad de la Virgen de los Dolores, sita desde sus orígenes en los inicios del siglo XVIII y en la actualidad en el convento de Belén».
Para su puesta en valor, Campos pidió la ayuda del también historiador Jesús Romero para realizar un primer estudio donde «hemos podido comprobar que el documento nos permite trazar con no poco detalle la historia de la Hermandad de los Dolores, su latir cotidiano, en su casi primer siglo y medio de vida. En efecto, el Libro, de trescientas cuarenta páginas, contiene en torno a ciento treinta actas de otras tantas juntas y cabildos celebrados entre las fechas extremas del 24 de agosto de 1706 y el 14 de mayo de 1848».
Ambos han publicado un primer artículo en El Sol de Antequera y han pedido tanto al propietario del libro como a la cofradía que hoy procesiona el Jueves Santo, que se deposite en el Archivo Histórico para su conservación y divulgación.
Romero Benítez destaca que «nos aporta interesantes datos sobre el patrimonio artístico de la misma, si bien algunos de los objetos que se citan ya no existen» como antiguos tronos. Las actas dejan claro el nombre de todos los hermanos mayores, los de insignia, el año en el que se incorporan las imágenes del Señor Atado a la Columna o el Señor Caído, o los antiguos rosarios por el barrio. Un plus más para la cofradía que destaca por mantener el estilo antequerano con obras de José de Mora, Andrés de Carvajal y Miguel Márquez.
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