Pareidolia en los abrigos naturales de Álora con pinturas prehistóricas. P.Cantalejo

Álora ofrece visitas guiadas a sus pinturas prehistóricas neolíticas

La localidad esconde un conjunto de abrigos rupestres que conservan cientos de motivos pintados hace más de 5.000 años

Viernes, 17 de marzo 2023, 15:55

Álora cuenta con un extenso patrimonio prehistórico que no todos conocen: la localidad esconde un conjunto de abrigos rupestres que conservan cientos de motivos pintados hace más de 5.000 años. Ahora, estos yacimientos pueden conocerse más a fondo gracias a las visitas guiadas organizadas ... este sábado 18 de marzo por el Museo Municipal, que celebra su 20º aniversario. En ellas, el arqueólogo Pedro Cantalejo desgranará todos los secretos de estos espacios, descritos en el libro 'Prehistoria en el entorno del Caminito del Rey', del que es coautor.

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El arte rupestre conservado en estos abrigos naturales está considerado por los investigadores como «uno de los conjuntos gráficos más interesantes pintados por los primeros agricultores y pastores del Neolítico». Este yacimiento «singular y de compleja interpretación» está marcado por su gran profusión de representaciones humanas en distintas actitudes y la sorprendente cantidad de huellas digitales pintadas en rojo con más de quinientas digitaciones. Asimismo, las pinturas dejan ver a personas de diferente edad, con dedos infantiles y huellas de personas adultas de ambos sexos, según indica Cantalejo.

Aunque las huellas de dedos en espacios simbólicos prehistóricos no son exclusivas de estos yacimientos de Álora, en ellos existe una «extraordinaria concentración» de gestos pintados, «lo que los convierte en algo único».

Además de todas estas digitaciones, las cavidades de Álora conservan un nutrido grupo de figuras humanas pintadas (antropomorfas) que representan personas solas o en grupo con distintas actitudes. Este arte humanizado contrasta con el antiguo arte Paleolítico, donde las figuras humanas son muy escasas y las representaciones de animales son las protagonistas, según detalla el arqueólogo.

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Un elemento complementario a este arte rupestre prehistórico neolítico es su vinculación con lugares naturales en los que se reconocen caras humanas (pareidolia). Uno de los casos más evidentes es el de la Peña de los Enamorados en Antequera, y en el caso de Álora, tres de los abrigos están vinculados con una de esas caras naturales. «Está rodeada de vestigios prehistóricos que denotan que ellos, nuestros ancestros, ya evocaban este tipo de juegos mentales hace miles de años», apunta Cantalejo.

Pintura rupestre en Álora. P.C.

Estas figuras humanas relacionadas con los primeros campesinos malagueños se conservan en más de veinte yacimientos, repartidos por una veintena de términos municipales malagueños. Los conjuntos de representaciones humanas esquemáticas neolíticas en la provincia de Málaga se hallan en el valle del Guadalmedina, donde destacan los abrigos de Peñas de Cabrera (Casabermeja), en el entorno de la Sierra de las Grajas (Archidona), en la Cueva de la Victoria (Rincón de la Victoria) y en el abrigo del Guadiaro (Gaucín).

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Las visitas a estas pinturas rupestres, en la zona de Alhaja Prieta y El Mijo, tendrán lugar este sábado 18 de marzo a partir de las 10.30 horas. Cantalejo será el encargado de detallar las características e historia de todas ellas. De manera previa, este viernes 17 de marzo a las 19.30 horas, el investigador presentará en la Casa de la Cultura de Álora el libro en el que se incluyen estos yacimientos.

El libro 'Prehistoria en el Caminito del Rey. Ruta por los orígenes de Málaga' recoge la historia de diez yacimientos que fueron claves para entender qué ocurrió en el ámbito actual del Desfiladero de los Gaitanes hace más de siete mil años. Publicado por el área de Medio Ambiente, Turismo Interior, Cambio Climático y Deporte de la Diputación de Málaga y Ardalestur ediciones, actualiza los estudios realizados por el equipo de investigación de la Cueva de Ardales durante los últimos treinta años.

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En él, se confirma que este espacio (actualmente representado por el conjunto de embalses y el Caminito del Rey) se convirtió en un auténtico «proyecto socio ecológico». Según indican los investigadores, aunque estos grupos humanos procedentes del mundo Paleolítico eran cazadores, recolectores y pescadores, fueron incorporando nuevos modos de vida y trabajo en un corto espacio de tiempo, favorecidos por un paisaje lleno de recursos naturales.

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