A Agustín García le cuesta mirar hacia sus árboles. Se limita a observar la montaña o el cielo por el que cada pocos minutos pasa algún que otro avión. El presidente de la comunidad de regantes Arroyo Gragea tiene claro que la mayor ilusión de ... los agricultores del Valle del Guadalhorce para este año no es otra que poder salvar sus árboles. «No podemos aspirar a más», asegura. El sentimiento de frustración es compartido con el centenar de regantes que forman parte de su comunidad y que, junto al resto de agricultores de la comarca, coinciden en que nueve hectómetros para el riego –los que la última Comisión de Sequía les concedió para este año hidrológico– son completamente «insuficientes», según remarcan desde la directiva de la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema).
Publicidad
Empezaron el actual año hidrológico el pasado 1 de octubre sin previsiones por la falta de lluvias. Ya por ese entonces, desde la asociación expresaban a SUR que estaban contentos de que Málaga fuera «el Silicon Valley de Europa», pero incidían en que la ruina iba a ser solo para el campo. El pasado mes de abril, los agricultores de la comarca constituyeron una junta central de usuarios para unificar sus peticiones a las administraciones en cuanto a la mejora de infraestructuras hídricas tras conocer que solo dispondrían de seis hectómetros cúbicos para el riego de este año a la espera de lluvias. Fueron los regantes representados por Aprema quienes se reunieron con el secretario de Aguas, Ramiro Angulo, y le exigieron que les dieran 12 hectómetros. «El decreto de sequía establece un 25% de dotación, lo que equivale a un total de 10 hectómetros, por lo que nos correspondía más agua», recuerda el presidente de la comunidad de regantes Acequia del Guadalhorce, Salvador Aragón.
Después de pedir esos hectómetros de más, en la última Comisión de Sequía se aprobó que los agricultores de esta zona tendrían nueve hectómetros con los que poder salvar sus cultivos leñosos. «Con el mal sabor de boca que tenemos en el campo porque se siguen abriendo los grifos de las piscinas y las playas mientras se autorizan más construcciones para seguir creciendo, nos reunimos unas 15 comunidades de regantes para decidir si dábamos el riego de esos nueve hectómetros en una o dos veces y cómo dividirlo», detallan fuentes cercanas a la directiva de Aprema. En dicha reunión, los agricultores que riegan sus cultivos con el agua procedente de los pantanos, decidieron dividirla de forma que pudieran tener dos riegos, concretamente desde el 20 de junio al 14 de julio y desde el 5 de agosto hasta que se acabe el agua disponible.
Mientras la mirada de los agricultores de la comarca sigue fijada en el cielo con pocas esperanzas de salvar sus cultivos, se ha modificado el calendario del primero de los riegos, adelantándose al 12 de junio y cortándolo el 8 de junio para «ayudar al buen desarrollo de los limones Verna, ya que ahora en campaña necesitan de riego para su desarrollo previo a la recolección», según plantearon la semana pasada desde la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja). Esta recomendación nació tras ver que la campaña del limón Fino había sido «muy decepcionante», con lo que esperan que el precio del Verna evolucione, ya que la calidad del producto va a ser «óptima».
Publicidad
Respecto a la cantidad de agua que tendrán para cada uno de los riegos, los agricultores del Guadalhorce tienen previsto utilizar cinco hectómetros para el primero y los cuatro hectómetros restantes para el segundo, hasta que se agote. Ante esta situación, piden al Gobierno más agua, ya que al igual que a Agustín García la estampa actual de sus terrenos le causa «pena y frustración», el resto vive también con ese sentimiento. En este sentido, denuncian que en otros ámbitos como el sector Servicios y el Turismo crecen mientras el campo es el «gran olvidado». Desde Aprema señalan que con esta situación se perderán fincas, trabajo y muchos cultivos tradicionales, por lo que no se van a rendir para evitarlo. «Esto es un desierto, si tienes la suerte de estar en un sitio en el que la tierra retiene más la humedad, la planta sufre menos, pero si no, tu árbol se seca antes», aseguran.
Ante esta situación, los agricultores del Guadalhorce han decidido no sembrar cultivos hortícolas para no tener más pérdidas todavía. «Si las hubiéramos sembrado, estarían todas muertas ya», asegura Aragón en nombre de los otros 815 regantes que forman parte de su comunidad, la cual abarca 988 hectáreas de la comarca. «Nos estamos jugando plantaciones que necesitan para empezar a producir 10 o 12 años como algunos frutales que nos quedan, hay plantaciones de hace 40 años que este año pueden morir», señala el agricultor, quien hace hincapié en que este año los dos únicos riegos que tienen –a diferencia de un año normal en el que regaban de manera ininterrumpida hasta octubre– son para cultivos leñosos. «La agricultura del Guadalhorce está en la UCI», apunta el agricultor, a quien también le cuesta ver el estrés con el que conviven sus árboles.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.