Vanessa Melgar
Viernes, 2 de diciembre 2016, 00:46
La Diputación Provincial de Málaga reclamará a la Junta de Andalucía la recaudación económica por el canon de depuración que la administración autonómica percibe, con cargo en las facturas del agua, desde 2011, para financiar la construcción de la las depuradoras pendientes en los pueblos de la Serranía de Ronda. Según explicó el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, en una visita ayer a la ciudad del Tajo en una campaña del PP que pide mejorar la sanidad andaluza, en este caso como presidente del PP malagueño, el convenio firmado en 2013 entre la Diputación y el Gobierno para hacer realidad estas infraestructuras en 17 municipios «sigue activo». «11 de estos proyectos ya se han mandando al ministerio de Medio Ambiente para sus informes», explicó el máximo responsable del ente supramunicipal.
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Argumentó que actualmente existe un conflicto en torno a la vía de financiación de las estaciones depuradoras de aguas residuales en la comarca rondeña: «En principio, el Gobierno y la Diputación se comprometen a hacer estas depuradoras pero la Abogacía del Estado nos explica que la Junta lleva años en estos 17 municipios recaudando un canon de depuración. Lo que estamos viendo es que si la Junta está recaudando de forma finalista una cantidad económica para construir esas depuradoras, no puede hacerlo otra administración», relató. En esta línea, hizo especial hincapié en que «cuando ese dinero revierta en la Diputación, lo vamos a reinvertir en esos proyectos de depuradoras... es lógico», sentenció.
De esta forma, Bendodo salió al paso ayer de las críticas de los diputados provinciales del PSOE Cristóbal Fernández y José Antonio Torres que denunciaron la ausencia de partidas económicas en los presupuestos para 2017 de la Diputación para las depuradoras y el retraso en la ejecución del convenio.
Al mismo tiempo, los alcaldes de Arriate, Benaoján y Jubrique, Melchor Conde, Soraya García y David Sánchez, respectivamente, reivindicaron la construcción de las depuradoras, alertando sobre los daños medioambientales que se están produciendo desde hace años. En el caso de Arriate, los vecinos vierten al arroyo de la Ventilla y, por tanto, al Guadalcobacín, al Guadalevín y al Guadiaro. Alrededor de 200 vecinos se concentraron el pasado sábado para pedir la Estación de depuración de aguas residuales (EDAR) en la zona del Puente de las Casas Nuevas, sobre el arroyo de la Ventilla. Cortaron el tráfico y advirtieron también sobre la desaparición de especies y malos olores.
El Guadiaro, al que vierte Benaoján y otros pueblos, es el cauce más contaminado, una situación fácilmente visible, mientras que el Genal, en mejor estado, también presenta problemas. A éste tira sus aguas Jubrique, entre otros. Estos regidores y vecinos en general de la Serranía, un espacio cuyo patrimonio natural sustenta la deficitaria economía, llevan años poniendo el acento en el problema de la depuración.
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